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ambos sexos; se suprimieron las colegiatas, se
incautaron los bienes de los seminarios y de las
mesas episcopales. Tiempos, puede decirse, en los
que se redujeron a cero las vocaciones religiosas
y eclesiásticas.
Los miembros que la componen actualmente son
trescientos treinta entre sacerdotes, clérigos y
seglares.
Sus relaciones con la autoridad
Eclesiástica
Su posición ante la Iglesia es la siguiente:
Nunca se ha hecho nada sin el consentimiento y
la expresa aprobación de la autoridad
eclesiástica.
Y nunca, que se sepa, ninguna autoridad
eclesiástica ni civil, presentó quejas contra los
socios, o contra la marcha de la Congregación 1.
((**It10.944**)) En
1852 obtuvo la aprobación del Arzobispo diocesano
de Turín, monseñor Fransoni; en 1858 el papa
reinante Pío IX, profundo conocedor de cómo debe
educarse cristianamente a los jovencitos, trazaba
las bases y reglas de la misma.
En 1864 la Congregación de Obispos y Regulares
alababa con un decreto expreso esta Sociedad y
constituía su Superior de por vida.
A aquel decreto iban anejas trece
observaciones, que fueron adaptadas a las
Constituciones.
En 1869, con el consentimiento del Padre Santo,
se elevó instancia para la aprobación definitiva.
El Consultor no hizo observaciones, mas, por medio
del Secretario monseñor Svegliati, reclamó la
observancia de las de 1864. Después, el día 1.° de
marzo de 1869, se publicó un decreto de aprobación
definitiva de la Pía Sociedad. Se concedía poder
expedir las dimisorias a todos los que habían
ingresado en nuestras
1 No hace mucho tiempo que una persona
constituida en autoridad, me dijo en tono
amistoso:
-Alguien anduvo diciendo que vuestros
sacerdotes y clérigos no estudian.
Le hice observar cómo muchos de nuestros
sacerdotes y clérigos habían publicado obras
literarias y religiosas, alabadas y difundidas
abundantemente; que tenemos ciento cincuenta
profesos dedicados al estudio, de los que ciento
treinta rindieron exámenes públicos y obtuvieron
en el examen la patente o el diploma a que
aspiraban.
Replicó aquel amigo:
-No me refería a los que ejercen ya el
ministerio o la enseñanza, sino a los simples
clérigos. Se ha dicho que de ordinario obtienen un
resultado bastante mediocre en sus examenes.
Contesté rogandole que investigara los
examenes, realizados ante la Curia Arzobispal
desde 1850 a 1870, año en que, habiendo sido
aprobada la Congregación, el Superior Eclesiastico
me aconsejó que hiciera se examinaran en casa de
la Congregación.
Aquel amigo se dignó investigar, y después me
dio esta contestación:
-Digan lo que quieran; porque de 1850 a 1870
todos los clérigos salesianos obtuvieron <<óptime
o fere óptime>>, según los registros de la Curia.
Díjome también aquella benévola persona:
->>Qué se ha de contestar a quien afirma que
muchos de vuestros profesos perpetuos salieron de
la Congregación y causan molestias a algunos
Ordinarios?
-Conteste que hasta ahora, y éste hasta ahora
se extiende hasta el 23 de febrero de 1874, no
salió ningún profeso perpetuo de la Congregación.
Hay que exceptuar uno sólo, que juzgó seguir su
vocación dejando la Congregación Salesiana, a la
que pertenecía como coadjutor, para entrar, y
entró de hecho, en la Compañía de Jesús, donde al
presente ejerce con celo el ministerio sacerdotal.
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