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((**Es10.86**) colocó sus intereses materiales y espirituales ((**It10.84**)) en sus manos y atribuía a su intercesión el feliz éxito de sus asuntos de familia; designaba con el nombre de su único abogado al Siervo de Dios, y se lo recomendaba a otros. Es más, quería se colocase, como testimonio de su agradecimiento, una placa en la tapia del camino que conducía a su tumba en el colegio de Valsálice, pero no se lo concedieron. Poco importa si la segunda fractura tuvo lugar en la misma tarde del 24 de mayo o dos días después; lo importante es que sucedió después de la bendición dada por don Bosco. Esta bendición, como nos lo confirmaba en 1938 el mismo agraciado, profesor José Moreno, distinguido grabador al agua fuerte, dejó el más vivo y entusiástico recuerdo en la señora Ida Moreno Andreis para toda su vida. íOtra curación portentosa! Un pobre lisiado, que llevaba mucho tiempo sin poder dar un paso, ni valerse de sus manos desde hacía dos meses, recibió la bendición de un sacerdote que terminaba de confesar... y quedó curado al instante de sus males y echó a andar sin dificultad... En la mañana del día 4 de junio de 1874, solemnidad del Corpus Christi, al abrirse la puerta de la iglesia de María Auxiliadora de esta ciudad de Turín, se encontró a un pobre lisiado junto a la puerta de la misma. Se le preguntó qué deseaba y respondió que era un pobre tullido, que iba a implorar la curación a la Santísima Virgen Auxiliadora y que pedía para ello que le dieran la bendición. Fue acompañado, o mejor dicho, trasladado a la sacristía donde los sacerdotes estaban confesando o en otros ministerios. Esperó con paciencia hasta las ocho. Entonces, al darse cuenta de que un sacerdote quedaba libre, hízole señas para que se le acercase, y tuvo lugar esta conversación: Forastero: -Soy un desgraciado, que pide compasión. Sacerdote: ->>Qué desea? F.: -Pido, por caridad, que me dé la bendición de María Auxiliadora, que es la única que puede curar mis males. S.: ->>Qué males tiene? F.: -Estoy baldado del todo. El reúma, una contracción de nervios, una lesión en la espina dorsal me han dejado giboso, tullido, y no puedo servirme por mí mismo. S.: ->>Cómo ha podido venir hasta aquí: F.: -Una persona caritativa me trajo esta noche en una carretilla hasta esta iglesia; después, con el bastón y la ayuda de un amigo, he podido venir hasta la sacristía. S.: ->>Hace mucho tiempo que se encuentra en este estado? ((**It10.85**)) F.: Sí, mucho tiempo; pero desde hace dos meses no puedo servirme de mis manos. S.: >>Qué dicen los médicos? F.: -Los médicos han hecho todo lo que la ciencia y la caridad pueden hacer, pero todo remedio resultó inútil. Ultimamente me dijeron que ya no saben qué hacer(**Es10.86**))
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