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((**Es10.818**) clara, devota e inteligible en los divinos oficios, la modestia en el hablar, mirar y andar, en casa y fuera de ella, deben brillar de tal manera en los socios que en esto se distingan de los demás. 3. Todos harán cada día al menos una hora de oración vocal y mental, a no ser que se lo impida el ejercicio del sagrado ministerio. En este caso, lo suplirá con jaculatorias más frecuentes y ofrecerá con mayor fervor a Dios las obras que le impidan asistir a las prácticas de piedad establecidas. 4. Cada día se rezará la tercera parte del rosario de María Santísima y se hará, por algún tiempo, lectura espiritual. 5. El viernes de cada semana se ayunará en honor de la pasión de nuestro Señor Jesucristo. 6. El último día de cada mes, alejado de todo cuidado temporal, por cuanto fuere posible, cada uno se recogerá en sí mismo y hará el ejercicio de la buena muerte, disponiendo todo lo espiritual y temporal como si debiere abandonar el mundo y emprender el camino de la eternidad. 7. Todos harán cada año alrededor de diez días, o al menos seis, de ejercicios espirituales, que terminarán con la confesión anual. Todos, antes de ser admitidos en la Sociedad, dedicarán algunos días a los ejercicios espirituales, y se purificarán con la confesión general. 8. El Rector podrá dispensar de estas prácticas por algún tiempo a aquellos a quienes creyere oportuno en el Señor. 9. Cuando la divina Providencia llame a la vida eterna a un socio, laico o sacerdote, los hermanos de toda la Sociedad celebrarán una misa en sufragio del alma del difunto. Los que no sean sacerdotes procurarán ofrecer al menos una comunión con el mismo fin. 10. La misma obra de piedad se hará (**Es10.818**))
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