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el cual, reconocerlo todo, le
entregará un recibo. Si el socio
quisiera recuperarlas, recibirá
las cosas que se gastan con el
uso en el estado en que se
encuentren sin poder pedir
compensación alguna.
V
VOTO DE OBEDIENCIA
1.° El profeta David rogaba
a Dios que lo iluminase para
poder cumplir su voluntad.
Nuestro Salvador nos aseguró
que él había venido al mundo,
no para hacer su voluntad, sino
la del Padre, que está en los
cielos. Si nosotros profesamos
precisamente el voto de
obediencia, es para tener la
certeza de cumpli r en todo la
santa voluntad de Dios.
2.° Este voto obliga a no
ocuparse más que de aquello que
el propio Superior juzgue para la
mayor gloria de Dios y bien del
alma propia y del prójimo, de
acuerdo con el Reglamento de esta
Sociedad.
3.° La observancia de este voto
no obliga bajo pena de pecado,
salvo en aquello que sea contrario
a los mandamientos de Dios y de la
santa madre Iglesia.
4.° La obediencia nos asegura
que acemos la voluntad de Dios.
Obedezca, por tanto, cada uno al
Superior y considérelo en todo
como Padre amoroso y le obedezca
totalmente, con prontitud,
alegría y humildad, convencido de
que cumple la voluntad del mismo
Dios en lo mandado.
5.° Nadie se afane en pedir
o rehusar. Si uno sabe que algo
le es dañoso o necesario
manifiéstelo con reverencia al
Superior, el cual pondrá el
mayor empeño en que se atienda
a su necesidad.
6.° Tenga cada uno gran
confianza con su Superior: no
haya ningún secreto del corazón
con él. Abrale también su
(**Es10.801**))
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