((**Es10.778**)
Turín,
11 de octubre de 1874
Rvmo. señor Vicario General:
Las observaciones que V. S. Rvma. se dignó
hacerme acerca de la conocida carta, que escribí
al señor Arzobispo, me han convencido de que
hubiera debido emplear otras palabras y otro
estilo al expresar mis pensamientos, que, por
cierto, no manifesté con intención de ofender a
nadie, y mucho menos a mi Superior Eclesiástico.
Tenga, pues, V. S. la bondad de asegurar a Su
Excelencia que mi intención era únicamente la de
hablar con la confianza y llaneza con que he
estado acostumbrado siempre a hacerlo en el pasado
y que pido humildemente perdón por cualquier
expresión que haya podido disgustar a S. E.
Ruégole, además, le asegure que, muy lejos de
querer ((**It10.855**))
disgustarle, me he esforzado constantemente para
no hacerlo y a veces lo he conseguido, con no
ligeros sacrificios.
Que deseo estar en pleno acuerdo con el señor
Arzobispo y con todas sus disposiciones
diocesanas, como precisamente me encuentro con
todos los demás Obispos, especialmente con
aquéllos en cuyas diócesis existen casas de la
Congregación de San Francisco, salva siempre la
observancia de las mismas.
Que hasta ahora no hay ninguno de entre los que
pertenecieron a la Congregación Salesiana que haya
dado motivo de quejas por su reprensible conducta,
y espero que nunca se dé el caso. Antes, al
contrario, son casi cincuenta los que trabajan con
todas sus fuerzas en la diócesis de Turín.
Que todo lo que he dicho y hecho hasta ahora,
estuve siempre convencido de que lo hacía dentro
de los límites de las concesiones hechas por la
Autoridad diocesana; que si el señor Arzobispo
quisiese tener a esta Congregación, que está
definitivamente aprobada, al nivel de las otras
Congregaciones, vería que no nos apartaríamos de
nuestros deberes, contentos todos los miembros de
la misma de ser avisados por cualquier falta.
Que yo necesito promover la observancia de las
Reglas tal y como fueron aprobadas y que tengo el
deber de consagrar los pocos días que Dios
misericordioso quiera concederme todavía a
alcanzar perfecciones innumerables, que la calidad
del Instituto y los tiempos que corren hacen muy
dificultosas, y por eso necesita que los
Ordinarios le concedan toda la indulgencia
compatible con su propia autoridad.
He enviado hace unos días a Roma un ejemplar
impreso de nuestras Reglas para que se observe si
concuerdan con el original. Todavía no he recibido
respuesta; sin embargo, envío un ejemplar a V. S.
que le ruego tenga a bien aceptar, y suplico
presente el otro a S. E. Si hubiese alguna
inexactitud con el original, me apresuraré a
comunicárselo.
Le agradezco todos los beneficios prestados a
esta casa y encomendándome a la caridad de sus
oraciones me cabe el honor de profesarme
De V. S. Rvma..
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D.-Le ruego perdone mi mala letra; no he
querido servirme de otros, y mi vista no me sirve
para mucho, etc.
(**Es10.778**))
<Anterior: 10. 777><Siguiente: 10. 779>