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ha sido dispensado de observar aquellas formas
canónicas que actualmente no son practicables, que
debe intimar al tal Mélica, oírle y recibir las
alegaciones y deposiciones que él presentare, y
después de hacer todo esto, enviarlo a la Sagrada
Congregación con la breve sentencia que
pronunciará como Ordinario. Si no llegase a Roma
el informe completado de esta forma, no se le
podría atender al efecto; a V. E., que también es
maestro en Israel, no debo ciertamente recordar
que nemo damnandus nisi comprobatus nisi discussus
(nadie ha de ser condenado sin pruebas y juicio).
En cuanto al asunto de su segunda carta, pediré
respuesta después de vacaciones a la Sagrada
Congregación. Pero entretanto puedo decirle que,
si don Bosco, como tengo motivo para creer, le
comunicó el Decreto de la Santa Sede, con fecha 3
de abril último, de la aprobación de las
Constituciones de su Congregación, por él podrá
fácilmente deducir una respuesta clara a la
primera de las preguntas que V. E.
formula.
En cuanto a los efectos que lleva aparejados la
aprobación definitiva de las Constituciones,
vuelvo a repetir que solicitaré en noviembre la
respuesta que V. E. desea, pero fácilmente puede
recibir ya informes sobre ello de tantos otros
Institutos de votos simples, como hay en Italia, y
más aún en Francia y en Bélgica; todos han
recibido parecidas aprobaciones, y, poco más o
menos, tienen la misma naturaleza.
Es cuanto puedo decirle para no aparecer mudo o
descortés después de las dos cartas que se dignó
enviarme. Y confirmándole los sentimientos de mi
distinguido y respetuoso aprecio me honro al
profesarme,
De V. S. Ilma. y Rvma.
Roma, a 5 de octubre de 1874.
Atento y s. s.
S.,
Arzobispo de Seleucia
Durante ese tiempo lanzaba otra queja el
Arzobispo, porque don Bosco había rogado a un
párroco de la archidiócesis que impusiera la
sotana clerical a un joven feligrés dispuesto a
ingresar en nuestra Sociedad.
Turín, 21
de septiembre de 1874
Muy Rvdo. don Bosco:
S. E. el señor Arzobispo me ordena advierta a
V. S. que esta mañana se le ha comunicado una
carta suya en la que ruega a un párroco de esta
Diócesis que imponga la sotana a un joven para
ingresar en su Congregación. Esto va contra la
constante costumbre seguida en esta Diócesis y hay
por lo menos grave razón para dudar de la validez
y licitud de ello.
Por tanto, es intención explícita de S. E.
Rvma. que V. S. imponga ((**It10.845**)) el
hábito de la Congregación sólo por medio de los
Sacerdotes de la misma y nunca más dé
(**Es10.769**))
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