((**Es10.747**)Se
leyeron las Reglas, o mejor, las Constituciones
aprobadas, y todos bendijeron al Señor y la
clemencia del Soberano Pontífice, que con este
acto nos ponía en condición de promover sin
cortapisas la mayor gloria de Dios y el bien de
las almas.
Fue entonces cuando yo rendí justicia al mérito
y conté claramente que, si nuestra gestión pudo
llegar a tan feliz término, se lo debemos a
monseñor Vitelleschi, a quien debemos inscribir
entre nuestros más insignes bienhechores, y elevar
a Dios cada día especiales oraciones por su
conservación. Ahora mandaremos imprimir el texto
de las Constituciones ((**It10.820**)) y,
apenas terminada la impresión, le enviaré algunos
ejemplares para que los distribuya como mejor
creyere.
Me hará un gran favor si da noticias nuestras a
los de su familia y presenta a todos los
sentimientos de mi más viva gratitud por la gran
amabilidad y benevolencia que me han dispensado
durante mi estancia en Roma.
Con el corazón rebosante de gratitud pido su
santa bendición, ahora y siempre, y me profeso,
De V. E. Rvma.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Tenga la bondad de perdonar mi pobre vista; he
tomado la hoja al revés, y sin fijarme, o mejor,
sin darme cuenta de que era la mitad de una hoja.
De la primera edición de las Regulae seu
Constitutiones Societatis Sancti Francisci
Salesii, iuxta Approbationis Decretum die 3
aprilis 1874, tenemos también las primeras y
segundas pruebas de imprenta, celosamente
guardadas por el cajista Mario Baldacconi, que nos
las entregó poco antes de morir:
las primeras tienen muchísimas correcciones
lingüísticas y de estilo de los profesores Vicente
Lanfranchi y Tomás Vallauri, y algunas también de
don Bosco;
las segundas fueron leídas también por el padre
Inocencio Gobio, barnabita.
En el Apéndice (véanse los números VII y VIII)
presentamos, página por página, a la izquierda, el
ejemplar aprobado, que después mandó imprimir don
Miguel Rúa en 1900; a la derecha, la edición que
de él se hizo en 1874. Todas las correcciones
lingüísticas y de estilo, aceptadas por don Bosco,
con permiso de Pío IX, que le había concedido
facultad para ello vivae vocis oraculo, aparecen
en letra cursiva.
Tenemos también uno de los primeros ejemplares
impresos, con muchas preciosas apostillas puestas
por el Santo Fundador, evidentemente al explicar
las Reglas a los hermanos. Las presentamos en el
Apéndice 1, limitándonos aquí a transcribir las
dos primeras que
1 Véase el Apéndice n.° IX.
(**Es10.747**))
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