((**Es10.736**)
Unicamente lo entretuvo hablando sobre las
temporalidades de los Obispos, y terminó
ofreciéndose para ir el día siguiente al Oratorio
a celebrar la misa de comunidad.
Don Bosco le había escrito en estos términos:
((**It10.808**))
Excelencia Rvma.:
Me entregan en este momento, precisamente con
fecha de hoy, el decreto de aprobación definitiva
de nuestras reglas. Deseo sea S. E., que en todo
momento nos ha recomendado, el primero en
enterarse de el lo.
Espero estar en Turín antes de que acabe la
semana y poder saludarle personalmente y hablarle
de otros temas.
Créame con profunda gratitud,
De V. E. Rvma.
Roma, 13-4-1874.
Su humilde servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Ciertamente que Monseñor leyó y releyó la carta
guardándola después en su archivo, tras haber
escrito en la parte posterior y arriba la
siguiente nota, subrayando las últimas palabras:
<<1874-13 abril -don Bosco- comunicación de
la aprobación definitiva de su Instituto, QUE SIN
EMBARGO NO ES DEFINITIVA>>.
>>Cómo se explica este comportamiento?
Hay otro detalle curioso. El 28 de enero de
aquel año de 1874 fundó al Arzobispo la Academia
de la Historia Eclesiástica Subalpina, y puso a
don Bosco no sólo entre los socios, sino entre los
fundadores de la misma... Pero ninguno de los
nuestros, como hemos mencionado, supo nada de
aquella distinción hasta 1885, cuando el abate
Scolari, que la encontró entre los papeles del
difunto Pablo Capello, Secretario de la Academia,
remitió a don Miguel Rúa los correspondientes
diplomas firmados y sellados por el Arzobispo 1.
Como quiera que ello sea, el 19 de abril,
segundo domingo después de Pascua, y como anotaba
don Joaquín Berto en su diario, Fiesta solemne
propter adventum D. N. Joannis Bosco ab urbe Roma
(por la llegada de nuestro señor Juan Bosco de la
ciudad de
1 Véase Apéndice, n.° X, 4.
(**Es10.736**))
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