((**Es10.73**)ante todo
quedara asegurado el honor de Dios, el honor de la
Iglesia, el bien de las almas>> 1.
10. Una visita a los dormitorios: -los alumnos
llevan escritos en la frente sus pecados; muchos
tienen la frente y la cara blancas como la
nieve-.Canto del <>.
La noche del 11 de noviembre de 1873, después
de las oraciones, al dar las buenas noches, don
Bosco narraba este sueño, que tuvo el 8 y el 10
del mismo mes.
El relato es de don Joaquín Berto:
Me parecía estar visitando los dormitorios, y
que los muchachos estaban sentados en la cama,
cuando he aquí que apareció un desconocido que,
tomándome la lámpara de la mano, me dijo:
-íVen y verás!
Yo le seguí. El se acercó entonces al lecho de
cada uno de los alumnos y, elevando la luz a la
altura de la frente, me invitaba a observar. Yo me
fijé atentamente en la frente de cada uno de los
muchachos y vi escritos en ella todos sus pecados.
El desconocido me dijo entonces que escribiese,
pero yo, creyendo que podría recordar todo, seguí
adelante sin tomar nota de lo que veía escrito.
Pero reflexionando después sobre la imposibilidad
de retener en la memoria todo cuanto había visto,
volví atrás y lo anoté en mi libreta de apuntes.
Después de recorrer un dormitorio muy largo, mi
guía me condujo a un rincón en el cual se
encontraba un numeroso grupo de muchachos con el
rostro y la frente blancos y nítidos como la
nieve. Entonces manifesté mi alegría, y él,
siguiendo adelante, me señaló uno que tenía todo
el rostro lleno de manchas negras, y después,
prosiguiendo la marcha, vi a otros muchos y,
mientras tomaba nota de cuanto veía, me decía a mí
mismo:
-Así podré avisarles.
Por fin, al llegar al extremo del pasillo,
sentí, en un ángulo del mismo, un gran ruido y,
después, que entonaban en voz alta el Miserere.
Me volví a mi compañero, preguntándole quién se
había muerto, y él me dijo:
-Ha muerto el que viste cubierto de manchas
negras.
((**It10.70**)) -Pero
>>cómo?, si ayer por la noche estaba todavía vivo;
yo lo he visto pasear, y >>dices que ha muerto?
El guía tomó un almanaque, lo abrió y después
dijo:
-Mira aquí la fecha.
Miré y estaba escrito: día 5 de diciembre de
1873.
Dicho esto se volvió hacia una parte y yo hacia
la otra y me encontré despierto en mi lecho.
(1) Véase: L'Osservatore Romano del 20-21 de
marzo de 1929.(**Es10.73**))
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