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del resultado. Estaba Monseñor en aquel momento
sentado a la mesa tomando la sopa. Después de unos
instantes, mandó que pasara don Bosco a la sala y,
apenas le vio, exclamó:
-íDon Bosco, eche a vuelo las campanas! Las
Constituciones de su Congregación están
definitivamente aprobadas y las Dimisorias
concedidas AD DECENNIUM.
((**It10.797**)) Y
nuestro santo Fundador, en el colmo de la alegría
y por toda respuesta, con sencillez infantil le
entregó una almendra garapiñada, que le había dado
la señora Monti, diciendo:
-íTome esta almendra!
La conversación se prolongó hasta cerca de las
diez.
El sábado santo empezó don Bosco las visitas de
acción de gracias.
El cardenal Vicario había ido a San Juan de
Letrán para conferir órdenes y no estaba en casa:
entregó al secretario una copia de las Tres
Profecías para Su Eminencia.
De allí fue al cardenal Martinelli. Al
despedirse, rogóle le diera la bendición, y
exclamó el Cardenal.
-íSanto varón, soy yo quien necesita de su
bendición!
Fue también a casa del cardenal Bizzarri, pero
no le encontró; estaba en el Vaticano, en
audiencia con el Papa.
Y escribía a don Miguel Rúa:
Muy querido Rúa:
1) Recibirás una cartita para la señora
Marchisio.
2) Dirás que puse en manos del Padre Santo la
carta del Profesor Papá, y que la leyó y guardó
indicando que quería contestar él mismo.
3) Di al reverendo Bertazzi que Dios nos
prepara mucha mies y que, por tanto, nos prepare
él muchos operarios. Habla con él sobre el clérigo
que recomienda y arreglaos. He respondido su carta
a Brescia; si puedo, le contestaré a esta última.
4) Dispensa todas las atenciones posibles a don
Francisco Provera. Anímale y dile que yo lo
encomiendo cada día en la santa misa.
5) Nuestras Constituciones fueron
definitivamente aprobadas con la facultad de las
dimisorias sin excepción. Cuando lo sepas todo,
verás que fue realmente fruto de las oraciones. La
concesión fue hecha ayer por el Padre Santo a las
siete de la tarde. Pero no hagáis ruido, en
absoluto; ahora estoy ultimando las cosas
accesorias; a fines de la próxima semana, estaré,
Dios mediante, con nuestros queridos y deseados
hijos. Saluda a todos de mi parte.
6. La carta dirigida a los señores que nos
hospedan les agradó mucho y querían responder
ellos mismos para dar las gracias; les dije que no
hacía falta y que yo haría sus veces.
7) Agradó muchísimo el telegrama al cardenal
Berardi. Quiso contestar enseguida
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