((**Es10.719**)
Y tú, cual madre tierna, Mas son
bienes fugaces
a tu Alejandro unida: que pasan
como el viento
<>, y no
dejan contento
dijiste: <>. en
nuestro corazón.
<>. digan tu
fe y tu amor.
Y comenzó la fiesta; >>Y a ti,
amable Alejandro,
lejos los malos tragos ejemplo de
fineza,
de deudas y de pagos; que tanta
gentileza
cesó todo temor. usaste en
nuestro honor?
Así esta inmensa dicha Que el
Cielo centuplique
tres meses ha cumplido, tu paz y
tu alegría
y ahora agradecido y colme tu
alma un día
florece el corazón. la gloria
del Señor.
Paga Tú nuestra deuda, >>Y para
la criada
Dios que todo lo puedes: señora
Magdalena,
llénalos de mercedes, siempre
gentil y buena,
concédeles tu Don.
sacrificada y fiel?
Y que Santa Matilde, Pues une
en su persona
tu patrona bendita, a Marta y
a María,
te prepare infinita le otorgue
Dios un día
gloria junto al Señor. el premio
de su fe.
Nosotros, pues, tomamos Y ahora,
Alejandro, un brindis
torreznos, macarrones, a tu
Consorte hagamos:
vinos finos, bombones <>.
JUAN
BOSCO, Pbro.
y su acompañante.
((**It10.790**))
Entregó también al cardenal Vicario, al cardenal
Berardi y a algún otro, un copia de las tres
profecías, que ya hemos presentado anteriormente.
No hace falta repetir que lo hizo
confidencialmente, sin decir que habían sido
escritas por él; más aún, declaraba que no daba a
aquellas narraciones más valor que el de simples
inspiraciones o iluminaciones, recibidas de lo
Alto, por lo que su cumplimiento dependía de la
buena voluntad humana, ateniéndose a los caminos
trazados en estas comunicaciones.
El 23, víspera de la fecha fijada para la
discusión de la aprobación de las Constituciones,
volvió a visitar al cardenal Martinelli, quien, al
despedirse, le dijo:
(**Es10.719**))
<Anterior: 10. 718><Siguiente: 10. 720>