((**Es10.706**)
Mi querido Juan, ruega también por mí, que lo
necesito mucho en este momento; saluda a los
principales amigos del lugar donde te encuentras.
Créeme siempre en Jesucristo.
Roma, 1 de marzo de 1874.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Y como se interesaba por todos y por todo, a
todos contestaba por cualquier motivo. El clérigo
César Cagliero, maestro en el Oratorio, le había
pedido permiso para ir a la Real Universidad, y él
había condescendido. La comunicación se extravió;
el clérigo volvió a hacerle la petición y el buen
padre volvía amablemente a manifestar su
condescendencia.
Mi querido César:
Siento que se haya extraviado mi carta. En ella
te decía que permitía vayas a la Universidad con
tal de que siempre fueras amigo mío y llegaras a
ser el modelo de nuestros clérigos y el más celoso
de los maestros. >>Me lo concedes? íQuién lo duda!
Saluda cordialmente a tus alumnos, mis queridos
hijos. Diles que necesito mucho que recen por mí,
y que yo rezaré por ellos.
Créeme siempre,
Roma, 16-2-1874.
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
César Cagliero se licenció en letras clásicas,
fue un excelente profesor, más tarde director,
inspector y Procurador General de la Pía Sociedad
y muy apreciado y respetado por todos.
El doctor Angel Lago, siendo ya Salesiano
Coadjutor, le pedía consejo para organizar sus
haberes:
((**It10.777**))
Roma, 14-2-1874
Carísimo Lago:
Mes has dado un alegrón con tu carta; haz lo
mismo siempre que tengas un motivo.
Soy de tu mismo parecer; liquidar y ponerlo
todo en manos de Dios, o sea por amor de Dios, que
es lo mismo. Son muchos los infelices que lo dan
todo al fin de su vida, pero a la fuerza, y por
consiguiente su don no vale un bledo; otros,
prudentes según del Evangelio, hacen personalmente
el don y, por lo tanto, se aseguran el céntuplo.
(**Es10.706**))
<Anterior: 10. 705><Siguiente: 10. 707>