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de Turín, y por las diócesis Subalpinas, si su
Congregación es aprobada, o por lo menos no
aceptan sus condiciones.
Yo, que estuve seis años en su Casa, y que le
conozco a usted y a su Casa, y los hechos que
menciona, me siento movido a indignación, porque
son un amasijo de maldad. Todos ésos de los que
aquí habla, fueron clérigos o sacerdotes del
Seminario Episcopal y, por consiguiente, la
responsabilidad cae sobre él y no sobre ningún
otro. En cuanto a Chiapale, cursó sus estudios en
el Oratorio, observó siempre buena conducta y es
inteligente. Sabe música, conoce el piano y el
órgano, predica muy bien. Le he podido conocer a
fondo porque fue mi compañero de clase. Pero no
era posible saber si era o no aficionado a la
bebida, porque a los alumnos no se les sirve vino,
y a los sacerdotes se les da en medida muy
limitada y tal que, me perdonará la expresión, más
bien se puede llamar agua teñida con vino que vino
aguado. Sé, además, que Chiapale nunca fue miembro
de su Congregación, como él mismo tuvo ocasión de
decírmelo muchas veces.
Yo le comunico todo esto; sírvase de ello para
su provecho; pero le confieso que no sé explicarme
esta manera de proceder. He preguntado varias
veces a algunos de dónde procede que el Arzobispo
habla a cada paso bien y mal del Oratorio. Hay
quien piensa que esto procede de que, siendo don
Bosco quien le sacó del polvo; le dio trabajo y
nombradía, le imprimió sus libros y se industrió
para que ocupara el puesto que hoy tiene, no puede
por menos de considerarlo como algo digno de su
respeto. Otros me dicen, y esto me dijo el Obispo
mismo, que teme que el clero de don Bosco ofusque
al de la Diócesis, tanto más cuanto que los suyos
quieren salirse del Seminario para irse con don
Bosco, donde se está mejor. Teme, en conclusión,
verse con una diócesis dentro de la diócesis para
detrimento suyo. Pero, creándose cada día nuevos
líos, no sé adónde irá a parar.
Créame siempre suyo
Afmo. hijo
N. N.
Mientras el abogado Menghini estaba acabando de
coleccionar los documentos, para adjuntar a la
Positio, don Bosco presentó las pruebas de
imprenta de la Breve noticia histórica. En ella,
después de mencionar los principios de la Pía
Sociedad, el consejo recibido del Padre Santo de
que fuese <>, el
Decretum laudis, y las dificultades que se
encontraban para las ordenaciones sagradas, pasaba
a exponer, en forma dialogada, <((**It10.761**)) a la
observancia practica de las reglas>> y volvía a
poner de relieve la dificultad de las dimisorias,
que son <>. Después mencionaba la aprobación
de 1.° de marzo de 1869 y la facultad ad decennium
de las dimisorias para los que <>, y
(**Es10.691**))
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