((**Es10.688**)
el 17 de febrero, una tarjeta de presentación para
el abogado, el cual comenzó a tratarle con toda
cordialidad y confianza.
El día 21 le mostraba unas cartas escritas por
el Arzobispo de Turín al cardenal Bizzarri,
Prefecto de la Sagrada Congregación de Obispos y
Regulares, y concretamente las de 26 de julio de
1873, en las que preguntaba si la Congregación de
San Francisco de Sales estaba directamente sujeta
a la Santa Sede y exenta de la jurisdicción
episcopal, y otra, aún más grave, escrita el 9 de
enero de aquel año, mientras don Bosco estaba en
Roma. En ella, aunque declaraba admirar <> del Fundador
y alegrarse de que lograra <>,
volvía a insistir en la necesidad de imponer al
nuevo Instituto un noviciado regular <>, porque si don Bosco <>.
Aquí mostramos al lector la carta:
((**It10.757**))
Turín, 9 de enero de 1874
Eminencia Rvma.:
Ya hace unos meses me comunicó V. E. que la
sagrada Congregación de Obispos y Regulares está
examinando las Reglas de la Congregación de San
Francisco de Sales, fundada por don Juan Bosco en
Turín, y me pareció, por el contenido de la carta,
que esta Congregación está a punto de obtener
cuanto antes la sanción de la Santa Sede.
Admiro las cualidades y las virtudes
extraordinarias de dicho don Bosco, y celebro el
mucho bien que ha hecho y hace en favor de la
juventud; me agrada que consiga dar existencia
estable a un cuerpo de Eclesiásticos, los cuales
se apliquen de una manera particular a una obra
tan importante como es la educación cristiana de
la juventud, pero pienso que es mi deber gravísimo
manifestar a la Sagrada Congregación, tan
dignamente presidida por V. E., la necesidad que
hay de tomar las oportunas providencias para que
en la Congregación de San Francisco de Sales se
haga obligatorio un Noviciado de dos años, durante
cuyo tiempo los jóvenes clérigos se ejerciten, no
en mandar, como sucede ahora con demasiada
frecuencia, pues se los pone a hacer el papel de
maestros en las varias clases, sino en obedecer,
como se ha hecho siempre y se hace en los
Noviciados de las otras congregaciones,
especialmente en la Compañía de Jesús... Don Bosco
tiene un talento especial para educar a los
jóvenes seglares, pero no parece que posea
cumplidamente este talento para educar a jóvenes
eclesiásticos, o por lo menos en este cometido no
es suficientemente asistido por todos los otros
Eclesiásticos, a quienes confía la vigilancia de
los
(**Es10.688**))
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