((**Es10.676**)
Carísimo don Francisco Dalmazzo
y carísimos alumnos del Colegio Valsálice:
No puedo escribir mucho, pero quiero hacerlo yo
mismo. Estoy en Roma. Ayer tuve una audiencia
privada con el Padre Santo, que se mostró muy
benévolo con nosotros. Habló muy gustoso de
nuestros alumnos de Valsálice y escuchó la buena
voluntad que ahí reina para progresar en la
virtud.
Me encargó os comunicara su apostólica
bendición con indulgencia plenaria el día en que
os acerquéis a recibir los sacramentos de la
confesión y comunión.
Le pedí después un pensamiento particular para
escribíroslo en su nombre. Miró el crucifijo y
respondió: -Decidles que los bendigo de corazón y
que no olviden nunca que el mundo es engañador.
Sólo Dios es un amigo fiel, que no nos abandona
nunca. Amen a este buen Dios, que no los
abandonará jamás.
Espero volver a escribiros cuanto antes. Me
encomiendo a vuestras oraciones; rezad por mí.
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté
siempre con vosotros, os libre de los peligros del
tiempo y os haga a todos felices un día en la
bienaventurada eternidad. Amén.
Y tú, Dalmazzo, saluda de una manera particular
a los socios Salesianos, y diles que la
Providencia de Dios nos está preparando un campo
abundantísimo de mieses. Reza y haz que recen.
Créeme en Jesucristo,
Roma, 6-1874.
Vía Sistina, 104.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Sin duda no olvidó a los de Alassio, Varazze y
San Pier d'Arena;
pero no nos han llegado las cartas.
Aquel mismo día escribía también al Obispo de
Vigévano para un asunto delicado.
((**It10.744**)) Muy
Rvdo. y querido Monseñor:
Me vino muy bien que V. E. me escribiera la
desagradable historia de Zinasco. El Ministro
escuchó todo y él mismo quiso sacar copia de su
carta. Observando que en ella no había nada
comprometedor, condescendí, advirtiéndole, sin
embargo, que eran cartas confidenciales y nada
más.
Si el demonio no mete los cuernos, dentro de
unos días le escribiré de otro asunto, pero de
mucho relieve. Ruegue e invite a las almas buenas
a rezar por el buen éxito de este asunto.
Ayer he hablado mucho rato con el Padre Santo,
que goza de óptima salud, y
(**Es10.676**))
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