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que hiciera la declaración de que no aceptaría ya
ningún clérigo ex-seminarista sin el
consentimiento de la Curia.
Y he aquí la humilde contestación de monseñor
De Gaudenzi:
Vigévano, 5 de agosto de 1873
Excelencia Rvma.:
Siento haber afligido su corazón, que quisiera
siempre lleno de consuelos; estuve dudando algunos
días si debía escribirle. Prevaleció el sí, sólo
por el deseo de aliviar su ánimo, porque, lo
repito, le quiero y le admiro. Sé que semejantes
contrastes no pueden dejar de turbar el ánimo y el
corazón de cualquiera, por muy fuerte e intrépido
que fuere. No dejé, créame, de hacerle conocer la
incongruencia y todo el mal que hay en oponerse a
los deseos del Superior Eclesiástico y máxime de
V. E., cuyo celo y doctrina todos conocen.
Se me aseguró que nunca se encontraría en el
conocido Personaje oposición, y ni siquiera
repugnancia, en secundar los deseos de V.
Excelencia; pero que el bien del Instituto pedía
se aprovechase de los favores, que había implorado
a la Santa Sede. No uno sólo, sino varios
Eclesiásticos, distinguidas personas y un querido
Prelado me informaron acerca de estas
divergencias. Yo nada sabía de todo ello.
V. Excelencia me dice que desearía conferenciar
conmigo. Soy, lo reconozco, completamente inepto
para casi toda otra buena, pero, si Vuestra
Excelencia cree que esto puede ser útil, estoy
dispuesto a lo que mande y aun cuando hubiese de
hacer el viaje a pie, iría al punto. Estoy seguro
de que don ((**It10.734**)) Bosco
está dispuesto a todo, antes que faltar al respeto
y reverencia a su Arzobispo, a quien tanto venera
y estima.
Tenga, Excelencia, esta mi carta,
verdaderamente como una prueba de mi veneración y
respeto. Siga dispensándome su benevolencia y
créame tal como, besando su sagrada mano, me
profeso de nuevo,
De V. E. Rvma.
Su
seguro y afmo. servidor
>> JOSE, Obispo
Don Bosco quedó afligido al leer la carta del
Arzobispo, y desde San Ignacio, donde se
encontraba para confesar a los excelentes
profesionales, que hacían ejercicios espirituales,
volvía a hacerle estas diáfanas declaraciones:
San
Ignacio, 12 de agosto de 1873
Excelencia Reverendísima:
El Obispo de Vigévano me comunica una carta de
V. E., concerniente a mi persona, con la respuesta
de V. E. Si no estuviese escrita por un Obispo
diría que fue escrita de broma. Pero, en cambio,
es de veras.
Me desagrada y siento que V. E. tenga espinas,
pero no puedo admitir que estas
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