((**Es10.665**)
adelante para que se conozcan los abusos del poder
y, como V. E. dice, puedan tener una nómina los
que se hallan en la misma posición.
Ahora estudio y hago estudiar la cuestión
cuidadosamente; después se imprimirá un opúsculo
acerca del problema que se enviará a todos los
Obispos. Estos podrán legalmente librarse de
muchos vejámenes por parte de los Delegados
Provinciales de Enseñanza.
El consabido P(relado) está ceñudo también
conmigo. Nuestras relaciones son estrictamente
oficiales. íPaciencia! Espero, de una manera o de
otra, poderle ofrecer mis obsequios personalmente
y entonces hablar tranquilamente de estos asuntos
y de muchos más. Pero es imposible que esta
diócesis pueda seguir en el actual estado de
cosas.
Me recomiendo tenga a bien considerar siempre
nuestras casas como suyas y por lo mismo valerse
de ellas a discreción en todo aquello en que
nosotros podamos servirle.
Pido para todos su santa bendición, mientras
tengo el honor y el gran placer de poderme
profesar
De V. E. Rvma.
Turín, 16-7-1873.
Humilde
servidor y afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
No sabemos si tuvo lugar la entrevista, pero el
buen Obispo se sintió movido a interesarse por la
causa de don Bosco; y, mientras buscaba cómo
encontrarle también el apoyo de otras personas
influyentes, escribía directamente a monseñor
Gastaldi, exponiéndole claramente las quejas oídas
por su manera de proceder y rogándole humildemente
tomara otro camino.
El Arzobispo se enfureció, y, desde Génova, le
contestó ásperamente. Monseñor De Gaudenzi se
apresuró a comunicar la respuesta a don Bosco.
J. M. J
((**It10.732**))
Querido amigo:
Ayer recibí el rescripto del señor Arzobispo.
V. S. lo examinará. Nada hay que esperar; con
todo ello pensé en contestarle, y le adjunto copia
de mi respuesta.
A mi parecer, no hay más medio que la oración.
Hablé de ello con M. Garga; él también lo siente
mucho; el domingo me encontraré con el Arzobispo
de Vercelli y le hablaré del asunto; no sacaremos
nada en limpio por lo que entendí de V. S. Pero
quiero intentarlo.
íCuánto le compadezco! Que el Señor le dé
fuerza, et dabit his quoque malis finem.
Dispénseme y mándeme en cuanto valgo, si algo
valgo, para consolarle. Ruegue por mí,
A 5 de agosto de 1873.
Su
atto. s.s. y afmo. amigo
>> JOSE, Obispo
(**Es10.665**))
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