((**Es10.651**) Lo
que tenía preocupado al Arzobispo era el
pensamiento de que
don Bosco lograse alcanzar plena facultad para las
dimisorias, y por
eso proponía que pudiera darlas exclusivamente a
los que habían ingresado
en las casas salesianas antes de cumplir, en lugar
de los catorce,
también los dieciséis años, no sin algún
indulto para los
demás.
Otra cosa que le disgustaba era ver a algunos
clérigos salirse del
Seminario Arzobispal y ser recibidos en casas
Salesianas. Algunos
dejaban el Seminario por sentirse llamados a
la vida religiosa; y otros se marchaban por
causa del carácter, algo raro, de su Rector,
Soldati. Este, por ejemplo (nos decía el Rvdo.
Amossi) no tuteaba a
los seminaristas porque no eran de su familia; no
los trataba de vos,
porque el vos, decía, se daba a las personas del
servicio doméstico y
tampoco los trataba de usted (lei), pues no eran
superiores suyos; los
trataba de aquél (italiano lui)...,
-íAquél habla siempre en tiempo de silencio!
íAquél trata mal a
los compañeros...! Esta mañana en tiempo de misa
aquél estaba siempre
distraído... 1.
Por aquellos días habían salido del Seminario
dos clérigos: un
tal Borel o Borelli y Angel Rocca. Recibió don
Bosco al primero para que pudiera atender unos
días a los ejercicios espirituales y tomar una
determinación sobre su vocación; y una semana más
tarde dejó la sotana y volvió a su casa. El otro
estaba resuelto a hacerse salesiano
y don Bosco lo mandó a Lanzo para probar si le
gustaba nuestra vida. Lo supo el Arzobispo e
inmediatamente mandó escribirle:
Turín,
29 de abril de 1873
Muy Rvdo. Señor:
Nuestro Rvmo. señor Arzobispo me encarga
escriba a V. S. para exponerle que se ha dicho que
los clérigos Borel y Rocca se encuentran en las
casas de V. S., uno en Varazze o en San Pier
d'Arena y otro en Lanzo. Duele vivamente a
((**It10.717**))
Monseñor que V. S. los haya recibido en sus casas
como clérigos, siendo así que el mismo Borel
reconoció no estar llamado al estado
eclesiástico y Rocca no dio pruebas suficientes
de vocación. Por tanto, cuando estos jóvenes, en
el Oratorio de V. S.,
quisieran recibir las sagradas órdenes,
Monseñor no dará su consentimiento y
aguardará a que V. S. le manifieste sus
intenciones.
T. CHIUSO, Secretario.
1 Nótese la gran semejanza estructural entre
lei y lui; pero la significación es muy distinta:
lei, usted, es trato de respeto; lui, él, es
indefinido, un cualquiera (N. del T.)
(**Es10.651**))
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