((**Es10.633**)
Una cosa me duele profundamente. Apenas elegido
Arzobispo de Turín, se ofreció enseguida para
promover la definitiva aprobación de nuestra
Congregación. El año pasado, queriendo efectuar su
pensamiento, le pregunté si juzgaba oportuno dar
comienzo a las gestiones; contestó afirmativamente
y que nos apoyaría como lo había hecho cuando era
Obispo de Saluzzo. No se formularon ni se pusieron
condiciones de ninguna clase, ni manifestó
exteriormente querer dar normas a la Santa Sede
acerca de la manera de conceder esta aprobación
como ahora pretende.
Fue entonces cuando supliqué al eminentísimo
Berardi que interpelara confidencialmente al Padre
Santo, si le parecía oportuna una petición para la
definitiva e ilimitada aprobación de nuestra
Congregación. El Padre Santo dio su beneplácito,
sugiriendo se diera curso regular a la
correspondiente súplica.
Ahora, con las condiciones propuestas, pone en
duda todo proyecto, y colocaría a la nueva
institución en una situación mucho peor que la del
presente.
>>No sería mejor no presentar nuevas cartas
comendaticias en la proyectada petición: Hay
veinticuatro de varios Obispos en poder de la
Congregación de Obispos y Regulares; >>será
oportuno añadir a éstas las nuevas que nos
proponen deshacer lo que está ya hecho? >>Qué dice
a ello?
En este asunto necesito consejo; y si alguno,
V. S., o bien el Eminentísimo benemérito Cardenal,
juzgaran conveniente hablar de ello al Padre Santo
sería para mí un verdadero tesoro. Pues deseo
estudiar todos los caminos posibles para no añadir
más fastidios para mí, que ya tengo tantos, ni
tampoco para los demás.
Apenas reciba la presente, haga el favor de
escribirme una palabra para mi tranquilidad.
((**It10.696**)) El
anticipó su partida para Roma; se desconoce el
motivo.
Acepte los saludos de toda la casa, ruegue por
nosotros y especialmente por su pobre, pero
siempre
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
La respuesta fue seguir adelante sin miedo. Sin
embargo, por prudencia, suspendió la impresión de
las nuevas Constituciones, a la espera del regreso
del Arzobispo para conferenciar una vez más con
él. Entretanto elevó una instancia a los Obispos
de Casale, Albenga, Génova y Savona y al Arzobispo
de Génova, que tenían casas salesianas en sus
diócesis, y también a su querido amigo monseñor De
Gaudenzi, Obispo de Vigévano, pidiendo una carta
comendaticia para unirla a la instancia que
presentaría a la Santa Sede para la aprobación
definitiva.
Cuando monseñor Gastaldi estuvo de vuelta, don
Bosco escribió al teólogo Chiuso:
17-2-1873
Carísimo Teólogo:
Hazme el favor de decir al señor Arzobispo que
mañana por la mañana salgo para Roma y que, si le
puedo servir en algo, prepare cualquier recado.
(**Es10.633**))
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