((**Es10.592**)
-Quiero enseñaros la soberbia santa, ísí, la
soberbia santa! Decid cada una: í Yo quiero ser la
mejor de todas, mas sin creer que lo sois en
realidad! íDecidlo sólo con toda la buena
voluntad! íDecid: No quiero rebajarme a cometer un
pecado; y quiero morir en el trabajo!
->>Habéis comprendido? Procure cada una llegar
a ser la mejor de todas, evitando toda culpa
deliberada, y siendo feliz de morir en el trabajo
por la gloria del Señor.
íY... en santa alegría!
->>Estáis alegres?... Os recomiendo santidad,
salud, ciencia... y alegría. íCada una de vosotras
una santa Teresa! Acordaos que el demonio tiene
miedo de la gente alegre; os tentará de desaliento
por el mucho trabajo que tenéis! y vosotras
(hablaba en un taller) remendando los calcetines
de nuestros pilluelos, decid: íesas piernecitas
brincarán después en el paraíso!... í Y así con
los platos que fregáis y con todos los trabajos
que hacéis, habréis salvado muchas almas!...
Evidentemente, todos en esta vida, en cualquier
condición que nos encontremos, tenemos que sufrir;
pero, si somos cristianos y queremos ser dignos de
alcanzar un día la eterna felicidad, debemos
imitar a Jesucristo, también en el sufrimiento.
Por eso don Bosco repetía:
-Todos debemos llevar la cruz como Jesús y
nuestra cruz son los sufrimientos que encontramos
en la vida.
-Sé que algunas de vosotras sufren mucho, pero
no olviden que íen esta vida tenemos las espinas y
en la otra las rosas!
Enseñaba y amonestaba siempre con una gracia
singular:
-íHaced mucho caso de las cosas pequeñas! Mirad
un saco de arroz; mientras está en buen estado, se
tiene derecho, pero si se le hace un agujerito,
poco a poco comienza a perder granos, el agujero
se ensancha y el saco acaba por caer al suelo...
Lo mismo nos pasa a nosotros, si no ponemos
atención a las cosas pequeñas, ípoco a poco caemos
en las grandes!
Un día estaba él en la cocina: una hermana
movió una olla, saltaron unas gotas de caldo y le
salpicaron la toca. Observó que aquellas manchitas
le habían estropeado la pechera y dijo:
((**It10.649**)) -Así
es el alma; si a la hora de la muerte tiene sólo
una pequeña mancha, ya no es admitida a la gloria
del cielo; tiene que purificarse en el purgatorio.
En un colegio compraron manzanas frescas y
hermosas y colocaron la cesta junto a la ventana
de la despensa. De pronto desaparecieron todas...
La directora vio a don Bosco, se le acercó y le
dijo:
(**Es10.592**))
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