((**Es10.537**)monja, y
que ingresó y murió en la Congregación de las
Fieles Compañeras de Jesús, fundadas por la sierva
de Dios María Magdalena Victoria de Bengy,
Vizcondesa de Bonnault d'Houet:
-Si queréis aguardar un poco, también don Bosco
tendra sus religiosas salesianas, lo mismo que
ahora tiene sus clérigos y sus sacerdotes 1.
No tardó don Domingo Pestarino en ir al
Oratorio. Quedó tan admirado del celo y caridad
del Santo, que estrechó su amistad con él dando su
nombre a la Sociedad Salesiana. Hubiera querido
quedarse en el Oratorio a su lado, pero don Bosco,
atendiendo al bien que hacía en el pueblo, quiso
que siguiera allí. Le entregó dos medallas y, en
otra visita, una cartita para María y Petronila
Mazzarello. Decíales en ella:
-Rezad, sí; pero haced todo el bien que podáis
a la juventud; haced lo posible para impedir hasta
un solo pecado venial.
Oración y trabajo era ya el programa del
tallercito del pequeño Hospicio de Mornese. En
aquella obra naciente sólo faltaba una capilla,
pero estaba cerca la parroquia. Cada corazón, a
ejemplo de María Mazzarello, y gracias a sus
continuas exhortaciones, era un altar. Las niñas
entraban en el taller diciendo:
-íBuenos días! íAlabado sea Jesucristo!
Después se santiguaban y, ante una imagen de la
Virgen, recitaban el avemaría y la jaculatoria: Os
doy mi corazón, Madre ((**It10.587**)) de mi
Jesús, Madre del amor! Al sonar las horas, una
Hija de la Inmaculada hacía rezar el avemaría, y
María añadía a menudo esta reflexión:
-íUna hora menos en este mundo, una hora más
cerca del Paraíso!
Su celo lograba que el pequeño patio, como ya
se ha dicho, se transformara en Oratorio festivo.
Allí acudían de buen grado las muchachas para
distraerse y divertirse, como se lee en el Decreto
de la introducción de la Causa de Beatificación de
la Sierva de Dios 2, intercalando algún ejercicio
de piedad y alguna lectura o narración amena,
especialmente de vida de Santos y particularmente
de san Luis Gonzaga y para tomar parte en las
sagradas funciones de la parroquia y acercarse a
los santos sacramentos, con modestia y piedad, en
la iglesia parroquial o en la capilla rural de San
Silvestre, a un cuarto de hora del pueblo.
1 Véase: Memorias Biográficas, Vol. VII, pág.
193 y 258.
2 <>, con fecha del 27 de
mayo de 1925.
(**Es10.537**))
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