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IV
DON JUAN BOSCO
DATOS BIOGRAFICOS
El nombre de don Bosco trae a la mente no sólo
la idea de veneración, santidad, beneficencia,
laboriosidad y providencia, sino también de cuanto
puede realizar una voluntad tenaz por encima de
infinitos obstáculos y peripecias, cuando, guiada
por un santo fin y por el bien del prójimo, lo
quiere firmemente.
Querer es poder.
((**It10.571**)) En el
1815, en una humilde casita de campesinos de la
aldea de Morialdo, ayuntamiento de Castelnuovo de
Asti, nació nuestro santo varón. Sus padres,
Francisco Bosco y Margarita Occhiena, le dieron
con mucha razón el nombre de Juan, que significa
don del Señor.
En efecto, apenas salió de la primera infancia,
y bajo la guía ejemplar de sus muy religiosos
padres, dio pruebas sublimes de su piedad y de la
ardiente ansia de aprender todo lo que se refería
a la religión y al saber, sin preocuparse de las
incomodidades, ni de la distancia a recorrer para
trasladarse cada día al pueblo a tres millas del
hogar paterno. Nada podía detener aquel genio,
ávido de aprender y empapado en las máximas de la
más sana moral.
Hechos los primeros estudios elementales en el
pueblecito de Castelnuovo, para proseguirlos se
trasladó a un colegio de Chieri, donde siguió
dando pruebas de su talento y piedad y se
manifestó en él clara y resuelta la vocación al
sacerdocio.
Por lo cual ingresó en el Seminario de la misma
Ciudad, donde no tardó en llegar a ser el más
distinguido en el estudio y en la religión y
también el más querido y estimado, merced a sus
hermosas prendas, por profesores y compañeros a
los que supo inspirar emulación y afecto, en vez
de envidia.
En la edad en que la ferviente imaginación de
la juventud está inspirada por una musa, que le
dicta versos, por desgracia dedicados a menudo a
frivolidades humanas, a pasiones vulgares, a Juan,
en cambio, le inspiraba poemas morales y
religiosos nada comunes, pero siempre acompañados
de ese brío, que también conviene a las más
severas disciplinas, de modo que pronto mereció
que los compañeros le calificaran de poeta
improvisador del Seminario.
Apenas transcurridos tres lustros, entró en la
Residencia Sacerdotal de San Francisco de Asís en
Turín, para perfeccionarse en los estudios, que
tanto le interesaban, de teología y moral.
Allí fueron sus guías el teólogo Guala, y el
profesor Bosco, distinguidísimo profesor también
de la Academia Militar. Con estos mentores y la
continua perserverancia, no tardo en alcanzar la
idoneidad para el Sacerdocio y que llegara el día
que tanto tiempo había ansiado y que solía llamar
el más hermoso de su vida, el día en que celebró
su primera misa 1.
Desde esta época en adelante, sería muy difícil
y superior a las fuerzas del que escribe narrar
las vicisitudes y los hechos de su continua
actividad.
íCuántas caritativas empresas llevó a cabo
cuando todo parecían sueños de calenturienta
fantasía y cuántas obras cumplió aquella alma ya
todopoderosa, precisamente en circunstancias en
que surgían dificultades infranqueables! Y todo,
sólo y
1 Ingresó en la Residencia Sacerdotal siendo ya
Sacerdote... en 1841.
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