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diversos objetivos, que vamos a exponer claramente
por separado. El primero era acudir a la
inagotable caridad de los romanos para el
sostenimiento de las múltiples obras para bien del
público que él ha creado; el segundo, obtener del
Padre o la definitiva aprobación de la
Congregación fundada por él en Turín, y que ya
cuenta con más de trescientos miembros; el
tercero, obtener también la facultad de establecer
sucursales de la misma Congregación en China, y en
Savannah de América, en donde hay millares de
pobres muchachos que carecen de toda instrucción
religiosa y moral.
>>El único fin que, al salir de Turín, no
llevaba don Bosco en la mente, es el que
precisamente se le ha atribuido; el de
industriarse para lograr una conciliación
insensata e imposible entre el Vaticano y el
Quirinal.
>>Pero los prodigios que obra Dios cada día por
medio de su siervo, el cual, pobre y sin bien
alguno, aparta del vicio y del peligro de
perdición, desde hace cuarenta años a miles y
miles de muchachos desamparados, para hacerlos
cristianos y buenos ciudadanos, no dejaron de
inspirar cierto respeto por su persona aun a los
enemigos de Jesucristo y sobre todo a los que, más
bien, sufren el peso de la ley impuesta por la
secta que no aman.
((**It10.560**)) >>El
ministro de Justicia y Cultos, el señor Vigliani,
no podía no estar profundamente conmovido por el
doloroso espectáculo que ofrece al mundo el
episcopado italiano; todos los obispos, nombrados
en estos últimos tiempos por el Papa, son víctimas
de la más absoluta expoliación y, lo que es
todavía más deplorable, encuentran a cada paso
obstáculos para el ejercicio de su espiritual
ministerio, puesto que el Gobierno se niega a
reconocerlos y considera su episcopado, de cuyas
rentas se apodera, como vacante. El Ministro ha
aprovechado la ocasión de la presencia de don
Bosco en Roma para tratar con él esta materia y
rastrear los medios para soslayar las
dificultades.
>>Los pasos que dio Vigliani, tuvieron como
resultado una fórmula de declaración, fórmula
concebida y admitida después de largas discusiones
con pleno agrado y asentimiento de las dos
autoridades, eclesiástica y civil, con la cual no
se contravenían en absoluto las pretensiones de
los unos ni los derechos de los otros.
>>Todo estaba ya arreglado, pero todo se
malogró por culpa de inoportunas revelaciones. La
secta, que tal vez no hubiera podido deshacer un
arreglo ya próximo a la meta, puesta sobre aviso a
tiempo, logró romper todas las negociaciones.
Estas están suspendidas, y el reverendo don Bosco
ya ha salido de Roma.
>>Esta es la pura verdad. Sólo a esto se
reducen los cacareados proyectos de conciliación,
con los que la secta ha fabricado un fantasma para
buenos y malos, para impedir el poco bien que don
Bosco habría logrado alcanzar, si todos hubiesen
reparado, como él, en que aun ese poco bien no se
podía lograr sino a costa de la máxima
circunspección>>.
Es evidente que, si la prensa católica se
hubiese mantenido solidaria, la paciente labor
habría conseguido mayor fruto. íPor el
contrario...!
El mismo don Bosco, cuando más tarde fue
monseñor Nardi a visitarlo al Oratorio, dijo
claramente:
-íSu proceder fue un verdadero perjuicio!
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