((**Es10.506**)
no a una conciliación con la verdad que don Bosco
mismo rechaza con todas sus fuerzas, sino
sencillamente a cumplir un acto de justicia, por
pequeño que él sea, con la Iglesia. Nuestros
ministros, ligados a la secta, no tienen libertad
para hacer el bien. Pueden entreverlo, hasta
desearlo desde el fondo de su corazón, pero
Satanás no les deja más que un solo poder, el de
hacer el mal.
Es una ley a la que no se falla nunca.
Jesucristo mismo, venido al mundo para salvarnos
con su preciosa sangre, ha señalado bien la
predestinación de la secta, representada en sus
tiempos por los fariseos, no pronunciando contra
ella más que palabras de condenación y de
maldición. Para mostrar su inmenso poder y probar
al mundo que es él quien manda a las potencias
infernales, él le arrancó uno de los jefes, Saulo,
pero no la convirtió con su predicación ni con sus
milagros. La secta nunca ha sido juzgada digna de
comprender las palabras de vida o de reconocer los
prodigios del Redentor. Sino que después de su
ascensión al cielo y por el efecto de un trueno
Saulo se ha convertido en san Pablo.
Esperemos, pues, el trueno; sin él no hay nada
que esperar de Minghetti, ni de sus acólitos.
I.E.D.C.>>
Dos días después, domingo 12 de abril, La
Capitale anunciaba la partida de don Bosco y
volvía a hablar con ((**It10.553**))
escarnio de la finalidad de su viaje a Roma... ni
más ni menos que ípara tratar la conciliación
entre el Papa y el Gobierno!
<>Había venido a Roma para tratar de la
conciliación entre el Papa y el
Gobierno; no logró más que obtener del Papa la
facultad de establecer una misión en Asia y
aprobar su nueva orden monástica, cuyo derecho de
propiedad de fundación quiere reservarse Pío IX.
Ha visto a Minghetti y ha hablado varias veces con
él, con Visconti y con Vigliani. Estos estaban
dispuestos a muchas concesiones, pero el Papa
quería muchas más.
>>Algunos periódicos dijeron que los ministros
italianos han sido muy reservados con don Bosco y
no le dieron ninguna esperanza. La verdad es muy
diversa. Hubo no pocas concesiones, con tal de que
el Papa acusase recibo de los nueve millones, que
están a su disposición.
>>De todos modos don Bosco se ha ido, dejando
las cosas como estaban, pero con un nuevo hilo de
comunicación para conversar entre el Vaticano y el
Quirinal>>.
Don Bosco estaba todavía en Roma y los
periodistas, como no le veían ir y venir a los
Ministerios, creían que había salido. El día 12,
la Voce della Verit…, partiendo de un artículo de
la Nazione, calificaba
(**Es10.506**))
<Anterior: 10. 505><Siguiente: 10. 507>