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((**Es10.504**) que se pueda celebrar la santa misa en el Quirinal? íNo hay más que un medio! ->>Cual es: íDíganoslo! -Que antes salgan ustedes de él... Se miraron cara a cara unos y otros y dijeron después: -Don Bosco ha hablado claro; no está mal... esto se llama hablar con franqueza. -Yo, prosiguió don Bosco, nunca lo hubiera dicho, si ustedes no me hubiesen forzado a ello. Pero >>encuentran ustedes algún otro medio? -Don Bosco tiene razón, concluyeron todos. Estaban en esta conversación, en la que también Vigliani, llegado después, tomaba parte, cuando de pronto entró un ujier y llamó al Ministro. Acababa de llegar el Secretario del Embajador de Prusia con un largo despacho urgentísimo. Poco después, decía el Ministro a don Bosco y a los otros: -íSeñores, las negociaciones para las temporalidades han fracasado! Bismarck ha telegrafiado sobre el particular; aquí tienen el despacho; no se admite tregua alguna en la guerra al Papa. Extrañábase Bismarck en el telegrama de que el Gobierno entablase negociaciones con un cura, mientras él se esforzaba por sostener vigorosamente a Italia; decía que su soberano el Emperador estaba altamente indignado; y acababa con amenazas, si se proseguían los intentos de conciliación. ->>Qué hacer? concluyó Vigliani; Prusia tiene nuestra suerte en sus manos. Il Fischietto, diario humorístico de Turín, publicó una caricatura; Vigliani, boquiabierto, está pendiente de los labios de don Bosco; Bismarck abre de un puntapié la puerta del despacho y entra para agarrar a Vigliani; don Bosco levanta la derecha en actitud de quien habla sosegadamente ((**It10.551**)) y sostiene en la izquierda un hisopo, echando agua bendita sobre Bismarck. Así terminaban aquellas largas negociaciones, que si hubiesen tenido éxito, habrían dado las temporalidades a los Obispos y aliviado al Papa de muchísimos gastos, porque él entregaba regularmente a cada obispo algo de dinero con que vivir, y no habría habido por parte de la Iglesia ningún acuerdo con sus enemigos, ningún acercamiento del Papa a los revolucionarios. Pero el trabajo de don Bosco no fue baldío. Algunos obispos habían obtenido las temporalidades, otros las obtuvieron después; y lo que es más, todas las diócesis lograron tener su propio Pastor, y (**Es10.504**))
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