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compromisos se manifiesta en Piamonte. Baja desde
allí un vientecillo suave y conciliador que
acaricia con poco gusto las mejillas de los
Católicos desde el Lago Mayor al Etna; no
quisiéramos que donde comenzó tan gran ruina para
Italia, se consumase también allí, y mucho menos
querríamos que un desacertado interés religioso
tuviese que pagar los platos rotos en todo el
asunto de esas negociaciones que no calificamos>>.
<<íDon Bosco se volvió a Turín!>> La peregrina
noticia corrió al instante por todas partes y se
le dio crédito; íel 25 de febrero, publicaba el
Centinela de Cúneo que después había vuelto a
Roma!
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<>Don Bosco había tenido en Turín noticia
anticipada de la interpelación del diputado
Miceli, y fue a Roma enseguida, creyendo se
discutiría ayer. Ha quedado defraudado. No
obstante, para no perder su tiempo pidió hoy
audiencia al Ministro de Asuntos Exteriores, ya
que no pudo hablar con Vigliani, que realmente
está enfermo de la garganta>>.
En realidad el 24 de febrero regresaba don
Bosco a Roma; ípero no volvía de Turín... sino de
Ceccano...!
Había salido a las nueve y media. <>En la estación nos esperaban con el coche
varias personas; dos eran Canónigos, uno primo del
conde Berardi. Todos los del pueblo se asomaban
para vernos. La comida estaba preparada; visitamos
la casa y nos sentamos a la mesa; éramos nueve o
diez. Después de la comida visitamos el Colegio,
acompañados, puede decirse, por todos los del
pueblo. Después fuimos en coche a visitar al
Arcipreste, luego al Hospital, donde encontramos
una Hermana de la Caridad turinesa. De allí fuimos
a la Virgen del Río y finalmente a casa. Al
atardecer volvimos en coche a la estación.
Llegamos a Roma a las nueve y media. El conde
Berardi dijo a don Bosco, entre otras cosas:
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