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((**Es10.496**) Pontífice exige al Gobierno. No hay nada más falso que este concepto. Hemos informado discretamente a nuestros lectores sobre este tema y nos parece conveniente repetir lo dicho; con todo no creemos superfluas algunas palabras, que sirvan de esclarecimiento a lo que sucede en estos mismos momentos en algunas diócesis. >>La Santa Sede no exige de ninguna manera que el gobierno conceda el Exequátur a los Obispos; sería una exigencia completamente contraria a la conducta y doctrina de la Iglesia. La Santa Sede no reconoce ningún derecho al gobierno para revisar los nombramientos, que el Papa realiza con plena y absoluta autoridad, asistido por su Consejo; esta autoridad puede ser obstaculizada en alguna ocasión por la violencia de los Estados; el Papa puede haber llegado a mutuos acuerdos con estos Estados, a los que interesaba regular las relaciones con la Iglesia, pero nunca, ni en la práctica, ni en la teoría, ha justificado las pretensiones del Estado. >>Cómo puede, pues, decirse que la Santa Sede espera que el gobierno conceda el Exequátur a los Obispos? ((**It10.542**)) >>Lo que la Santa Sede espera del gobierno es que, manteniéndose estrictamente coherente con sus promesas y con sus leyes, no ponga obstáculos para el pleno ejercicio del derecho episcopal, sino que deje que este derecho, que procede del nombramiento pontificio, que también el gobierno reconoce como legítimo, difunda libremente en los fieles el beneficioso influjo para el que fueron colocados los Obispos al frente de la Iglesia de Dios. >>Resulta, pues, que la Santa Sede no pide al gobierno un acto positivo, sino simplemente un acto negativo; no quiere la colación del Exequátur, sino la remoción de un impedimento injusto, que niega al Obispo su posición jurídica frente a las leyes y a los ciudadanos católicos. >>Los diarios extranjeros, que hemos mencionado antes, son inducidos a la confusión, que tratamos de poner de relieve, por las diversas relaciones de sus gobiernos con la Santa Sede, y no se dan cuenta de que ninguna norma establecida, ni posible de establecer por ahora, guía entre nosotros al Estado y a la Iglesia en sus relaciones. >>He aquí, pues, el gran punto de discordia; los Obispos, que precisamente no quieren el Exequátur, no presentan las Bulas, lo cual equivaldría a pedirlo; el gobierno, que quiere conferir el exequátur exige las Bulas de nombramiento. >>Cómo entenderse? >>Por las relaciones que hemos recibido de Roma acerca de la misión del sacerdote Bosco de Turín, hemos llegado a la persuasión de (**Es10.496**))
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