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especialmente si se le compara con las pésimas
teorías que hoy en día se enseñan y corren por las
manos de todos, inspiradas en todo, excepto en el
amor de la verdadera cultura y de la verdadera
civilización>>.
La tercera, era <((**It10.526**)) que la
Biblia es y sigue siendo siempre la única maestra
y creadora de civilización y bienestar en todas
las cosas.
>>Por último, así terminaba el artículo,
hablaremos de la última publicación de este año
dada a la luz por las Lecturas Católicas de Turín,
y que lleva el título: Maximino, _ sea, encuentro
de un jovencito con un ministro protestante en el
Capitolio. Su autor es el incansable obrero de la
viña del Señor, el sacerdote Juan Bosco. Todos los
errores que andan esparciendo los enemigos de
nuestra Religión para descarriar a los sencillos e
ignorantes, especialmente a los que se refieren a
la venerada Sede de la Cabeza de la Iglesia, son
aquí refutados con un estilo claro, persuasivo y
adaptado a todas las inteligencias. Lo
recomendamos encarecidamente a nuestros benévolos
lectores. Esparcido entre el pueblo, no puede
menos que producir abundantísimos frutos de
religión y moral>>.
El elogio del librito de don Bosco y de su celo
por la difusión de la buena prensa, publicado en
el Osservatore Romano, hizo fruncir el ceño y
trastornó el cerebro de un prelado, monseñor
Nardi, Auditor de la Sagrada Rota para Austria, y
redactor de la Voz de la Verdad. A algunos de los
más influyentes en el Vaticano les parecía que don
Bosco, no sólo tenía la osadía de entremeterse en
los asuntos de la Iglesia, sino que íhabía llegado
al extremo de dar consejos al Papa! Y monseñor
Nardi, el día primero de febrero se atrevió a
publicar en la Voz de la Verdad el artículo, que a
continuación referimos, diciendo de él que íhabía
ido a Roma para dar lecciones al Sumo Pontífice!
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