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((**Es10.474**) ((**It10.517**)) >>Por fin, el ilustre Prelado, llegado a Roma, resultó ser un sacerdote piamontés, que va a menudo implorando caridad para los ochocientos muchachos y pico, los biricchini (pilluelos) que él llama, y que tiene recogidos en Turín, en su Oratorio de San Francisco de Sales. A veces no tiene pan para darles, y ídebe pagar a Hacienda el impuesto sobre los bienes muebles! Puso hace tiempo en circulación unos boletos de lotería para recoger dinero y le secuestraron boletos y dinero, organizándole además un proceso. En 1860 le hicieron un allanamiento como si fuera un cabecilla de conspiradores; y ahora lo hacen pasar por jefe de conciliadores. Es decir, que, después de acusarle de conspirador contra el Estado, íahora le acusan de conspirador contra la Iglesia! He aquí las palabras de Perseverancia, escritas en Roma el día 12, e impresas en Milán el 14. >>Otros diarios se ocupan hoy de las voces de conciliación, de las que os he hablado bastante extensamente en mi carta de ayer tarde; y según las mejores informaciones, resulta que, si hay, o hubo algún intento, se ha realizado independientemente de toda iniciativa oficial, lo mismo por parte del Gobierno, que por parte de la Santa Sede. Es más, añadiré que la confianza en el éxito de estos esfuerzos, por muy dignos de respeto que sean, no existe en absoluto. Todos comprenden, y más que nadie el Gobierno italiano que, en las actuales condiciones, no es de presumir que se llegue a ningún resultado, y por eso espera con la más perfecta calma, que los tiempos maduren. Y puesto que otro diario lo ha revelado, no creo haya nada comprometedor, refiriendo el nombre de la persona que, animada también por muchos de sus adeptos, ha llegado a Roma con la buena intención de quitar del medio los principales obstáculos, que se oponen a un modus vivendi. Esta persona es don Bosco, egregio sacerdote turinés, hombre de mucha piedad y doctrina, a quien se le ha de desear que este intento, más tarde o más temprano, no le cueste demasiado caro. Los diarios clericales guardan absoluto silencio sobre este incidente. >>>>Cómo no enmudecer cuando nos vienen a decir que don Bosco ha ido a Roma para conciliar a Pío IX con el reino de Italia y viceversa: Don Bosco sólo tiene un medio para esta conciliación; está dispuesto a emplearlo, y tal vez Pío IX le permita intentarlo. Helo aquí. Sería que todos los ministros italianos se adaptaran a ir con él a Turín y se encerraran bajo su disciplina por lo menos durante diez años, ((**It10.518**)) en el Oratorio de San Francisco de Sales. Dicen que don Bosco ya logró amansar a muchachos díscolos, que eran el tormento y la desolación de sus propios padres. >>Quién sabe si con su paciencia lograría también rehacer la cabeza y el corazón de Marcos Minghetti y compañía? No cabe duda de que la operación no es fácil, pero el buen sacerdote hace milagros con su celo. >>Cuando en diez años (y no se necesitaría menos tiempo) los ministros (**Es10.474**))
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