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mala impresión en las altas esferas del Gobierno;
y el diario de la Corte, Fanfulla, hacía el día 11
esta declaración:
<>Según esas voces, el Papa ya aseguró que en
principio no se mostraría contrario a aceptar,
bajo una forma que garantizara su dignidad, la
asignación votada por el Parlamento italiano.
>>A lo que sabemos, el Padre Santo nunca se
opuso a que la asignación votada por el Parlamento
fuera cobrada por el Tesoro pontificio en las
mismas condiciones con que se cobró en septiembre
de 1870 la cantidad debida por el primer mes...
>>Si, después de aquel primer pago, la Santa
Sede rehusó la asignación fue sencillamente porque
la administración de Hacienda reclamaba cierta
forma de recibo, que la Santa Sede no pensó dar
para salvar su decoro.
>>Pero, en cuanto a las voces de negociaciones
de conciliación, creemos no estar equivocados, al
asegurar que, si alguien trabaja en este asunto
con las personas de la Corte pontificia, tanto el
Gobierno del Rey como la Santa Sede, son
completamente ajenos a ello>>.
En realidad, no se trataba de una conciliación
directa, ípero se iba camino de ella!
Al día siguiente, lunes y 12, decía claramente
La Libert… de Roma que el <> era don Bosco:
<((**It10.504**))
>>Estos intentos deben atribuirse a don Bosco,
piadoso y respetable sacerdote piamontés. Está
aquí hace algún tiempo, ha hablado y habla con
muchos; se dice que le encargaron de ello otros
prelados del norte de Italia; pero en los centros
bien informados, lo mismo de la Iglesia que del
Gobierno, no se concede ninguna importancia a este
intento del honrado sacerdote. De una y de otra
parte se comprende bastante bien que es inútil
ocuparse de algo, cuya hora todavía no ha llegado
y que parece no llegará tan pronto>>.
Después de las declaraciones del Fanfulla y de
la Libert…, apareció un artículo malicioso y
radicalmente inventado, en la Gaceta de Italia del
13 de enero, que permite hacerse cargo de ícómo
andaban las cosas por aquellos días!
<(**Es10.462**))
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