((**Es10.452**)
Han sido inútiles hasta ahora las pesquisas
hechas, pues no se encontró en el Ministerio de
Gobernación carta alguna relacionada con este
asunto. Me dirigiré a mi óptimo amigo el
comendador Lanza, para que él mismo me informe
sobre lo que se hizo durante su administración.
Nadie abriga mejor voluntad que la mía y la del
Presidente del Consejo para hallar un modo
aceptable con que poner término o al menos atenuar
la mala situación en que se encuentra el
Episcopado italiano.
Pero conviene que por ambas partes se den
pruebas de buena voluntad y de cristiana
tolerancia para llegar a un arreglo, que salve
todas las conveniencias. A V.S., óptimo sacerdote
y buen ciudadano, séame permitido dirigirle un
encarecido ruego, para que tenga a bien emplear
sus más eficaces oficios y persuada a la Santa
Sede para que proporcione al Gobierno los medios
indispensables con que conciliar la observancia de
la ley, superior a la voluntad de todos los
Ministros, con todas las facilidades posibles para
la concesión del Exequátur Regio.
V.S. sabrá que a los Obispos de Alessandria,
Saluzzo y Aosta les ha sido concedido el Exequátur
con mucha indulgencia; y >>por qué su buen ejemplo
no ha de ser seguido por sus hermanos? >>Por qué
todos los nuevos Obispos no encontrarán la manera
de hacer llegar siquiera un resumen de sus Bulas,
a través de sus Capítulos, o de los Alcaldes
locales, o de otra persona de su confianza, sin
asumir las apariencias de postulantes? Yo no veo,
es la verdad, en semejante conducta nada,
absolutamente nada, que ofenda a nuestra santa
Religión.
Confío a V. S. estos mis sentimientos y confío
en su alianza para hacer el bien.
Créame con verdadero aprecio
Su
atto. y seguro servidor
VIGLIANI
((**It10.493**)) La
propuesta de presentar la Bula o el resumen de
ella y permitir a cualquiera, aun a un notario
público, sacar copia, para comunicarla después al
Gobierno, iba siendo aceptada, poco a poco,
también por el Vaticano.
Monseñor Sciandra, elegido Obispo de Acqui,
aconsejado por don Bosco, escribió sobre este
particular a monseñor Juan Balma, Arzobispo de
Cágliari, que había obtenido permiso para ello
directamente del Papa, como declaraba en la
respuesta que le envió desde Turín.
Turín, 5 de octubre de 1873
Muy venerable y querido Monseñor:
Precisamente hoy, a mi llegada a Cágliari, me
han entregado su carta del 28 p. pdo. No quiero,
pues, retardar mi contestación y entro enseguida
en el tema.
Encontrándome en Roma el mes pasado para la
visita ad límina, expuse al cardenal Antonelli la
petición, que me hizo el Alcalde de Cágliari, de
una copia auténtica de la Bula para el pueblo de
la ciudad y de la diócesis, etc., con el fin de
obtener por este medio mi reconocimiento del
Gobierno, etc.
(**Es10.452**))
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