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el obrar, por encima de infinitos obstáculos y
avatares, cuando lo quiere, firmemente guiada por
un santo ideal y el bien del prójimo.
>> Querer es poder...
>> íCuántas obras de caridad llevó a cabo,
aunque parecían sueños de una fantasía
calenturienta; cuántas obras realizó aquella alma
ya omnipotente, precisamente allí donde surgían
infranqueables dificultades! Y todo ello,
solamente por el deseo de ayudar cristianamente a
su prójimo y siempre en nombre de Dios, sin la
menor ambición de lo que hoy en día constituye el
sueño de muchos: honores, títulos, riquezas. No le
estimulaba más que el bien de la humanidad, la
caridad evangélica.
>>Se puso en contacto con el rico y el pobre,
con el poderoso y con el mendigo, entró en los
espléndidos palacios y en las humildes ((**It10.462**))
cabañas fiel a la palabra de Salomón (Proverbios):
Visteis al hombre diligente en su cometido, que se
hizo familiar con los príncipes.
>>...>>Quién es ese santo sacerdote, que
proporciona a los hijos del pueblo... útiles
pasatiempos y al mismo tiempo les inicia en las
prácticas de piedad, y les socorre en sus
necesidades y las de sus pobres familias, que se
informa de sus desgracias, que todo lo prevé y
atiende como padre amoroso, como pastor solícito
de sus ovejas? Es don Bosco.
>>Resuena este nombre en todas partes: por las
calles, en los talleres, en las familias...; a
cada año que pasa se hace mayor su fama y aumenta
el número de los desvalidos consolados...
>>No le faltan a don Bosco detractores, como a
todas las almas bien nacidas e incansables, esta
fue la historia continua de todo el mundo; es el
premio con que muchas veces se paga a los
bienhechores de la humanidad. Pero ninguna guerra
pudo ni podrá combatir y vencer a este personaje
humilde y venerando, que persevera sin descanso en
su ob ra cristiana y civilizadora.
>>Es estrella que brilla en el presente siglo,
en que existen desgraciadamente muchos elementos
de disolución de la sociedad y señala el recto
camino a los buenos y a los descarriados.
>>Su nombre, que está ahora en los labios de
todos, no morirá con el correr de los tiempos.
Quedarán inquebrantables sus monumentos para
atestiguar su vida integérrima, dedicada toda ella
al bien del prójimo y al servicio de la
religión>>.
El opúsculo del abate Bardessono dio los
mejores resultados. El Ficcanaso suspendió la
publicación de la novela, tal vez por miedo a una
demanda por difamación. Pero el Santo no dio ni un
paso, ni hizo el menor caso de ello; era demasiado
evidente que se trataba de
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