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que llevaba entre manos para obtener la concesión
de las temporalidades de una manera aceptable. El
Papa le contestaba con esta bondadosísima carta
autógrafa 1:
PIO PAPA IX
Al amado Hijo, salud y Apostólica
Bendición.
Con gozo hemos sabido, por tu carta del 8 de
abril, que los Obispos por Nos enviados para regir
las diócesis de Italia, que carecían de ellos, han
sido recibidos con devoción y respeto, y que en la
ciudad, donde tú moras, va creciendo cada día más
el amor a la Religión. Nos fue también grata la
noticia de tu recobrada salud, que esperamos
conserve Dios incólume largo tiempo. Tocante a lo
que nos escribes, sobre las diligencias hechas
para que fueran concedidas las temporalidades
episcopales a los que les pertenecen, alabamos tu
cuidadoso celo, pero mira cómo están las cosas;
por consiguiente, será más útil elevar preces a
Dios, que puede mover los corazones de los
hombres, y que, habiendo prometido perenne
protección a la Iglesia, no puede fallar.
Confiados por esto en su poderosa ayuda,
amablemente ((**It10.459**))
impartimos la Bendición Apostólica para ti, para
tus cooperadores, para los piadosos jovencitos
confiados a tus cuidados, en prenda de paterno
afecto.
En Roma, junto a San Pedro, el 1.§ de mayo de
1872, año XXVI de nuestro Pontificado.
PIO PAPA IX
Al amado Hijo reverendo Juan Bosco.-Turín.
La situación en que iban a encontrarse los
nuevos Pastores era verdaderamente difícil. El
Papa, aunque emocionado al ver los cordiales
agasajos que recibían, sufría por las condiciones
en que se encontraban. Pero no quería, de ningún
modo, que pidiesen directamente, ni de otra
manera, el Exequátur Regio. Quería que se
limitaran... a participar al Gobierno su
nombramiento y, sin más requisitos, comenzaran a
ejercer su sagrado ministerio. El Gobierno,
1 Véase el texto original en el Apéndice III.
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