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((**Es10.419**) ((**It10.455**)) Excelencia: Tiempo ha, hubiera debido dar explicaciones en torno a las temporalidades de los obispos últimamente preconizados, pero una enfermedad me lo ha impedido hasta el presente. Ruégole ahora tenga a bien atenderme un momento con este escrito. Cuando tuve el honor de hablar con S. E., el día 9 del pasado septiembre 1, me pareció que hubo perfecto acuerdo en que el Gobierno dejaría al Papa en libertad para la elección de obispos, y en que no se pondría dificultad para alcanzar las temporalides. Así se lo comuniqué al Padre Santo, y cuando, dos días más tarde y en nombre del mismo, presentaba yo el agradecimiento junto con otros pensamientos de Su Santidad, Vuestra Excelencia se complacía en confirmármelo. Se me pregunta ahora, y yo tendré que responder, si las cosas fueron expresadas realmente en este sentido, y si alguna razón ha dado motivo a modificaciones. Si con su reconocida bondad dispusiera V. E. que se me dijera algo para mi norma, me libraría de un gran apuro, y las intenciones del Gobierno serían conocidas en su verdadero sentido. Me parece oportuno comunicarle que los nombramientos de los obispos recién proclamados resultaron de universal agrado para los buenos y de gran satisfacción para las poblaciones, que estallaron de entusiasmo. En todas partes se han hecho los más halagüeños elogios al Gobierno por la libertad dejada al Pontífice y a los Obispos en el ejercicio de su ministerio. Pero, cuando se vio a los Obispos obligados a alojarse en los seminarios diocesanos, en su propia casa, en una pensión, o en una casa de alquiler, no es para dicho cómo ha cambiado el juicio y la opinión pública. Estoy convencido de que si S. E. tuviese ocasión de oír lo que se ha dicho y se sigue diciendo, con respecto a este asunto, estoy convencido de que tomaría eficaces medidas para que toda dificultad quedara resuelta, y parece que se puede resolver sin mengua de las partes interesadas. Escribo con confianza, y le aseguro que siempre me profeso sacerdote católico y adicto al Jefe de la Religión Católica, y que siempre he demostrado mi gran amor al Gobierno, a cuyos súbditos he dedicado constantemente mis escasos bienes, mis fuerzas y mi vida. Si S. E. cree que puedo servir en algo al Gobierno y a la Religión, no tiene más que indicarme el modo. Conceda Dios toda suerte de bienes a S. E., y considéreme con la más profunda gratitud, De V. E. Varazze, 11 defebrero de 1872. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. P. D.-Después del día 13 del corriente estaré en Turín. ((**It10.456**)) A la carta unió este memorándum: 1 El 9 de septiembre se envió el telegrama al Gobernador de Turín para invitar a don Bosco que fuera a Florencia, y el coloquio se celebró el día 11. (**Es10.419**))
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