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sino el Espíritu Santo, quien los elige para regir
su Iglesia, salida del costado de Jesucristo. Los
hombres, las circunstancias, las ocasiones son
medios en manos de la divina Providencia, que no
suele actuar por vía de milagros, sino que dispone
las cosas según el orden natural; y después, el
Espíritu Santo, valiéndose del Romano Pontífice,
hace la elección y corona la obra>>.
Don Bosco leyó y comprendió el artículo, sin
perder su habitual tranquilidad.
((**It10.451**)) El 27
de octubre, omitiendo las acostumbradas
solemnidades, celebró el Papa el Consistorio para
preconizar a los nuevos Obispos. Empezó la
alocución de inauguración de la ceremonia con las
palabras del Profeta, que expresaban el dolor que
destrozaba su corazón: <> (Vi la
iniquidad y la contradicción en la ciudad; día y
noche circuló sobre sus muros la iniquidad y el
trabajo y la injusticia en medio de ella). Y
declaró solemnemente: <> 1.
Y después de imponer el roquete a quince de los
elegidos, allí presentes, decía: <>.
1 Carta al Concilio de Cartago.
(**Es10.415**))
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