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Cuando se trató de substituir al obispo de
Alessandria, monseñor Antonio Colli, enfermizo,
tras los grandes disgustos sufridos, dijo monseñor
Manacorda a don Bosco:
-Haga promover a monseñor Colli a la
archidiócesis de Turín y le salvamos.
Pero don Bosco había determinado proponer para
Turín a monseñor Gastaldi, obispo de Saluzzo, y
pidió su promoción al Papa. No cambió de parecer
por el afecto que le tenía, por el bien que le
había hecho, y también porque se necesitaba un
prelado que gozase de buena salud para gobernar la
archidiócesis.
Pío IX, que recordaba con admiración la
intervención del Obispo de Saluzzo en las sesiones
del Concilio Vaticano en defensa de la definición
de la infalibilidad pontificia, y que, tal vez,
acariciaba el pensamiento de llamarlo a Roma, no
quería consentir. Pero don Bosco insistió tanto,
que el Papa aceptó la propuesta diciéndole:
-íVos lo queréis, y yo os lo doy!
Y añadió:
-Os dejo el encargo de hacer saber a monseñor
Gastaldi que ahora le hago Arzobispo de Turín y
dentro de un par de años le haré algo más.
Aludía claramente a su elevación a la sagrada
púrpura.
Don Bosco telegrafió, sin titubear, a monseñor
Gastaldi:
-Excelencia, tengo el honor de ser el primero
en participarle su nombramiento de Arzobispo de
Turín.
Gastaldi leyó el telegrama y, sin caber en sí
mismo de alegría, gritó al teólogo Chiuso, su
secretario:
-íChiuso, Chiuso, vamos a Turín!
El Papa confió a don Bosco el encargo de ir al
Ministro de Gobernación para explorar las actuales
intenciones del Gobierno, desde luego de una
manera oficiosa y como por iniciativa personal.
Obtuvo don Bosco la entrevista y se encontró con
que Lanza le esperaba acompañado de otros
Ministros. Comenzó así el coloquio:
->>Qué haría el Gobierno si el Papa eligiera
nuevos obispos?
-No los puede elegir, contestó uno de los
presentes; no podemos permitirlo nosotros.
((**It10.444**))
-Excelencia, replicó el Santo; la ley de las
garantías reconoce este derecho al Papa; pertenece
a su jurisdicción espiritual.
-Y si los eligiera, nos veríamos forzados a
negarles las temporalidades, negando el
Exequátur...
(**Es10.408**))
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