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Las conversaciones entre el Santo y el Ministro
quedaron en el mayor secreto; pero el Papa ya
estaba enterado de la llegada del Siervo fiel. El
27 de junio la condesa Matilde Robbiano de
Romelley, residente en Bélgica, fue recibida en
audiencia por el Padre Santo y éste le preguntó:
->>Habéis visto el tesoro de Italia?
Contestó la señora que no sabía dónde estaba
ese tesoro, pero que tenía pensado visitar el
Tesoro Vaticano en los días siguientes.
E insistió el Sumo Pontífice.
-Es el tesoro de Italia lo que vos debéis
visitar...; si venís mañana aquí, lo veréis...
íEste tesoro es nuestro don Bosco!...
((**It10.430**)) El 28
de junio, vigilia de la solemnidad de los
apóstoles san Pedro y san Pablo, fue don Bosco al
Vaticano: se le había comunicado que el Padre
Santo le esperaba para darle audiencia privada.
Era una prueba evidente de benevolencia e interés
particular, pues era inmenso en aquellos días el
trabajo del Papa, por las audiencias públicas a
las numerosísimas peregrinaciones y por las
privadas a las más altas personalidades.
Invitado a entrar, así que puso el pie en el
umbral, el Augusto Pontífice fijo en él su
bondadosa mirada y exclamó:
-Y bien, don Bosco: >>ha caído por fin el
Hospicio de San Miguel in Ripa?
Este amplio instituto de beneficencia, situado
a Orillas del Tíber, en la zona llamada Ripa
grande, era particularmente querido por el Papa,
porque, de joven, había estado bajo su dirección y
administración, y lo había hecho florecer,
liquidando todas sus deudas y perfeccionando sus
escuelas de artes y oficios. Entre otras cosas,
para despertar en los jóvenes aprendices más
interés por el trabajo, inspirado por su gran
corazón, había introducido en él, como más tarde
lo hizo don Bosco en el Oratorio, un medio muy
eficaz y sencillo, a saber, que los alumnos
tuvieran parte en el producto de su trabajo. Así
cada muchacho podía, poco a poco, juntar unos
dinerillos que le serían muy útiles al salir del
instituto, pues se les entregaba finalizado el
aprendizaje.
Pero al llegar aquí conviene dar un paso atrás.
3. Un paso atrás
Quería el Papa recordar a don Bosco con aquella
exclamación, no tanto su cooperación para devolver
al Hospicio la finalidad de su
(**Es10.396**))
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