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CAPITULO V
CUMPLE UN ALTO ENCARGO
1871-74 -1. íQUE TIEMPOS AQUELLOS! -2. LOS
NOMBRAMIENTOS DE OBISPOS -3. UN PASO ATRAS -4.
<<íNO SE SI EN ADELANTE!...>> -5. íMAS DE CIEN
DIOCESIS CON NUEVO PRELADO! -6. PARA LAS
TEMPORALIDADES -7. VUELVE A ROMA -8. UN DOCUMENTO
PRECIOSO -9. LOS PRIMEROS <> -10.
REANUDA LAS NEGOCIACIONES -11. OTRA VEZ EN ROMA
-12. íUN GRITO DE ALARMA! -13. BULLA EN LA PRENSA
-14. PROXIMOS A UN ARREGLO -15. íEL DIABLO POR
MEDIO! -16. OPOSICION ABSOLUTA -17. íFRACASO
COMPLE-TO! -18. EN CONCLUSION
Las páginas que nos disponemos a escribir cubren
de gloria a don Bosco. Se trata en ellas de las
gestiones que realizó, de 1871 a 1874, para
conciliar el Reino de Italia con la Iglesia.
Fueron tales y tantos los trabajos, que hubo de
soportar, que su figura adquiere con ellos una luz
y una atracción singular.
Resulta un hecho tan extraordinario ver a un
simple sacerdote, convertido en único mediador,
atrevido e intrépido, en la <>
que se fija en nuestra mente la idea de que, si se
aprestó a esta obra, no fue por su simple
iniciativa, sino por inspiración divina.
íEn su inmensa caridad él abrazaba a todos los
pueblos de la tierra! Era, por tanto, natural que
sintiera y cultivase el amor a Italia;
pero, junto al más sincero y activo ((**It10.416**)) amor a
la Patria, él, en su calidad de ministro del
Señor, tenía la más profunda y acendrada
veneración y devoción a la Iglesia y al Papa, por
lo cual ícreemos que fue realmente guiado por
Dios!
No se objete que, después, al acabar las largas
y arduas negociaciones, dijera íque ya no se
aprestaría a tal empresa!... Esta fue una
declaración de profunda humildad, habitual en él.
También en 1884, cuando, al cabo de diez años
de trabajos, vio coronada la Sociedad Salesiana
con los particulares privilegios, que suelen
concederse a todas las corporaciones religiosas,
definitivamente aprobadas por la Santa Sede, se le
oyó exclamar:
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