((**Es10.333**)
Poco antes se había presentado a don Bosco un
sacerdote, aquejado de una fuerte tos pulmonar,
que le dijo:
-íIndíqueme un remedio seguro para curar!
-Helo aquí, contestó el Santo; yo le doy la
bendición de la Virgen, y, si usted se cura, dará
a la Virgen las velas para nuestras próximas
Cuarenta Horas.
-íDe acuerdo!
El día primero de julio volvía para entregarle
lo necesario para cumplir la promesa, declarándose
completamente curado.
Don Bosco, por el contrario, que no se sentía
del todo restablecido, volvía el 6 de julio a la
Riviera para pasar unos días en Alassio.
Durante el viaje ocurrió un curioso episodio.
El 10 de febrero de aquel año se había
celebrado en Roma, en la Sala Tiberina, una
discusión sobre el viaje y estancia de San Pedro
en Roma, negada por los protestantes y defendida
por los católicos. Leíase en la Unidad Católica
del 13 de febrero:
<>.
Y seguía diciendo el diario católico:
<>.
La Capitale, del 11 y del 12 de febrero,
publicaba un resumen completo de la discusión,
pero en los primeros días de marzo apareció
((**It10.362**))
impresa la <>. Cierto conde envió un ejemplar a don
Bosco.
No sabemos quién fue, pero he aquí la respuesta
del Santo, celosamente conservada por el conde
Escipión Benadoluci de Tolentino:
(**Es10.333**))
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