((**Es10.311**)de una
novena en la catedral. Se concluyeron el 26 y el
27 de mayo con solemnes pontificales de monseñor
Oreglia di San Stefano, arzobispo de Damiata y
Nuncio Apostólico ante la corte de Portugal, de
monseñor Colli, obispo de Alessandria y de
monseñor Manacorda, obispo de Fossano, y con
espléndidas luminarias, fuegos artificiales y
conciertos musicales.
Un centenar de los nuestros, entre músicos y
cantores, acudió a Mondoví. Llamó la atención su
devoto comportamiento en la iglesia y su recepción
de la santa eucaristía. Sus interpretaciones
musicales y su alegría, nota característica del
Oratorio, dejaron el más grato recuerdo.
Estuvieron hospedados en el seminario. Una
tarde, durante el recreo, en presencia del Rector,
profesores y otros superiores, apareció de pronto
en medio de ellos Gastini, disfrazado de tal modo
que ni los muchachos le reconocieron, y rompió a
cantar una escena de Crispín y la comadre 1.
Reconociéronle entonces todos los nuestros y
estallaron de risa; los superiores, en cambio,
sobrecogidos de estupor y tomándole por un loco,
iban ya a dar orden a los camareros para que lo
echasen, cuando Enría, de repente, con voz de
falsete, mezclado entre los muchachos, empezó a
cantar el papel ((**It10.337**)) de la
comadre. Los profesores, que todavía no se habían
recobrado de su primer estupor, exclamaron:
->>Pero qué es esto? >>Una mujer en el
seminario? >>Eso también?
La escena se resolvió con una alegría sin fin y
como jamás se había visto dentro de aquellos
muros. Como colofón pasó Gastini por entre la
concurrencia pidiendo la propina y suplicando:
-íPara don Bosco! íPara don Bosco!...
Y juntó casi cien liras.
A don Bosco, por el contrario, nunca le
faltaban molestias.
El Delegado Provinvial de Enseñanza de
Alessandria no se cansaba de incomodar al Director
del Seminario Menor de Borgo San Martino exigiendo
la legalidad del profesorado, y don Bosco le
aconsejaba que exhibiera los documentos
justificantes de varias concesiones especiales
otorgadas al instituto, como Seminario Menor,
pues, en realidad, gran parte de los alumnos, que
habían rezado tanto por él durante su enfermedad,
se preparaba para la carrera sacerdotal.
Muy querido Bonetti:
Me parece oportuno que tú y como cosa tuya,
intereses al señor comendador Rho ante el Delegado
Provincial, exhibiéndole las cartas. Yo actuaré
desde aquí.
1 Crispín y la comadre. -Véase la nota de la
pág. 266.
(**Es10.311**))
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