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((**Es10.306**) siguieron cantos y piezas de música, y brotaron de los labios de todos promesas de imperecedera gratitud, ardientes latidos de ternísimo amor filial, francas declaraciones de seguir sus enseñanzas durante toda la vida, promesas de oraciones diarias para que el Señor le colmase de toda suerte de bendiciones, e insistentes peticiones de paternal compensación. Aquel año, como diremos en el capítulo V, a mediados del mes hubo un periodicucho soez que intentó, con una serie de entregas de una repugnante novela, denigrar la veneración de que universalmente gozaba don Bosco; y el abad Bardessono de los condes de Rigras, que había predicado la novena de María Auxiliadora, salió en defensa del Santo con un opúsculo 2. Tampoco los antiguos alumnos dejaron de repudiar la masónica intentona con una devota declaración que le presentaron con cuarenta y cuatro firmas y una ofrenda en prenda de su gratitud y aprecio. Día feliz, venturoso instante, en el que podemos probar una vez más que sentimos el afecto y todos los sentimientos de los hijos que rodean a su amado Padre. Aquí tienes este grupo de hijos tuyos que, aunque separados y esparcidos por el mundo, no pudieron, sin embargo, por estar estrechamente unidos de corazón a ti, dejar pasar este día de tanto regocijo sin venir a demostrarte el afecto, el amor ferviente que arde en sus pechos por ti, su Padre común. íQué dulce, qué consolador nos resulta volver a ver en este día tu rostro sereno y alegre, al que la gracia y la suavidad entretejen amorosa guirnalda; volverte a ver en medio de nosotros después del tiempo que nos tocó vivir angustiados y afligidos, lejos de ti, impedido por cruel enfermedad. íNuestro corazón, como el del navegante, que vuelve a ver las añoradas playas después de procelosa tempestad, rebosa de gozo porque, merced a María Auxilio de los Cristianos y nuestro refugio celeste, nos fue devuelto don Bosco, se restituyó el padre a sus hijos, el amigo a los amigos, toda la alegría y la paz a Turín! Siempre fieles a nuestro pasado, al presentarnos a ti este año, >>qué don te ofreceremos, don Bosco? Helo aquí, ante ti, aunque modesto y de escaso relieve; es el humilde símbolo ((**It10.332**)) de nuestro afecto. ...Acéptalo; sea él la prenda de nuestro filial afecto, la prenda de nuestro cariño a ti, Padre amoroso de los jóvenes, solícito Pastor de su rebaño; a ti, iniciador y mantenedor de esta nobilísima empresa de caridad, que conduce a tantos hijos por el camino de la virtud y del honor, que señala el camino recto a los buenos y a los descarriados. Sean prenda de la sincera felicitación por tus obras benéficas de cristiana piedad y civilización, que resplandecen como un faro de luz en medio de las tinieblas de este siglo; prenda de sincero aplauso para ti, instrumento visible de la Providencia, que guió a término sus altos destinos sobre la naciente juventud; testimonio y al mismo tiempo solemne protesta contra ciertos periódicos sembradores de inmoralidad 1 Véase: Apéndice n§ IV. 2 Véase el Apéndice del Capítulo V: Cumple un alto mandato, N§ IV. (**Es10.306**))
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