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Y María Santísima seguía bendiciendo y
consolando a su devotísimo Siervo de mil maneras.
La Unidad Católica del día 22 de marzo daba
noticias de la solemne ceremonia celebrada en la
iglesia de María Auxiliadora.
El domingo, 17, una familia húngara, compuesta
por siete personas, abjuraba solemnemente del
luteranismo, que había profesado hasta ahora, y se
hacía católica, en Turín, en la iglesia de María
Auxiliadora. El padre, que se apellida Simoni,
tomó en el bautismo el nombre de Domingo. Dado que
generalmente los protestantes prestan poca fe al
bautismo y muchos lo niegan en absoluto, o lo
administran inválidamente, se administró a todos
ellos este Sacramento bajo condición, salvo al más
pequeño que todavía no había sido bautizado en la
herejía. Fue padrino el marqués Domingo Fassati y
madrina la condesa Groppello. Celebró la función
el sacerdote Miguel Rúa, expresamente delegado por
el Arzobispo.
El 14 de mayo, primer día de la novena de María
Auxiliadora, bajó don Bosco, por vez primera
después de su regreso de Varazze, a celebrar la
misa en el Santuario. En la sacristía se le
presentó una pobre mujer, sorda y muy avanzada en
años, pidiéndole la bendición. La bendijo y al
instante recobró el oído. La pobrecita, llena de
alegría y con las lágrimas en los ojos, como no
tenía nada para dar al que le había concedido la
gracia, se quitó los pendientes ((**It10.325**)) y se
los ofreció al Santo, diciendo que volvería para
entregar una limosna mayor.
Pocas semanas antes se había presentado otra
mujer llevando de la mano a un niño de seis o
siete años, hasta entonces incapacitado para andar
por sí solo. Don Bosco le bendijo, y al día
siguiente comenzó el niño a caminar libremente con
toda facilidad. La madre volvió a dar gracias a la
Virgen por el singular favor.
Aquel año coincidía la fiesta de María
Auxiliadora con el viernes de las témporas después
de Pentecostés y don Bosco, de acuerdo con la
Curia Arzobispal, había elevado al Padre Santo
esta súplica:
Beatísimo Padre:
El sacerdote Juan Bosco, con el consentimiento
del Superior Eclesiástico, se postra a los pies de
Vuestra Santidad y humildemente expone que la
fiesta de María Auxilio de los Cristianos,
asignada al día 24 de mayo, cae este año casi en
fin de semana, es decir en la feria séptima
después de Pentecostés, día de ayuno y dentro de
la octava privilegiada.
Celebrándose esta fiesta en Turín en la iglesia
precisamente dedicada a María Auxiliadora, con
mucha afluencia de sacerdotes y fieles,
especialmente forasteros, se suplica a Vuestra
Santidad conceda poder anticipar esta fiesta en un
día, y celebrarla en la feria quinta de la misma
semana, dando facultad a los sacerdotes para
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