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((**Es10.246**) habría podido resistir la enfermedad. Por eso recomienda que se siga rezando, que se hagan visitas al Santísimo Sacramento para obtener de Dios esta gracia tan grande. >>Nuestro buen padre don Bosco ha recibido con alegría la noticia de las oraciones y comuniones hechas por todos los aprendices y especialmente por los de la Compañía de San José y los músicos, para obtener su curación. Cierto, cuando nuestro buen Padre oía todo esto, experimentaba una ternura que le llegaba al alma, y se conmovía hasta llorar. >>Me decía: -Es una gran satisfacción para mí el saber lo mucho que mis queridos hijos rezan por mí; en este momento me parece que ya no me duele nada. íCómo me quieren mis amados hijos! Estoy seguro de que todos cargarían con mi mal con tal de que volviera pronto a estar con ellos; pero el Señor ha dispuesto que me toque a mí el sufrir. Hijos míos, vosotros me queréis, pero yo también os amo mucho y estoy siempre con vosotros, si no materialmente, sí con la mente y el corazón; mis pensamientos están siempre con vosotros, queridos hijos. >>Me ha dicho que os agradezca mucho el amor que le ((**It10.264**)) tenéis y que sigáis comulgando según su intención; es el mejor regalo que podéis hacerle. Da las gracias de un modo particular a los de la Compañía de San José y a los músicos, y les anima a que sigan observando buena conducta y siendo de buen ejemplo a los demás. Quisiera, me decía, dar las gracias a cada uno en particular, pero esto lo haré cuando esté de vuelta en Turín. >>También yo os doy las gracias, queridos hermanos; no tengo palabras suficientes para expresar mi satisfacción por el gran interés que os tomáis por nuestro amado Padre don Bosco con vuestra conducta y vuestras oraciones. Me ha dicho que, si el Señor le concede la gracia de curar pronto, quiere que se celebre una gran fiesta en acción de gracias a Dios por el señalado favor obtenido... >>Son las dos y media de la madrugada. Don Bosco sigue durmiendo plácidamente. Esperamos que hoy lo pase bien>>: Tan pronto como don Juan Cagliero estuvo de vuelta en el Oratorio, donde se había comenzado la novena por don Bosco, se apresuró a encomendar oraciones en el Buen Pastor, en el Refugio, en las Magdalenas, en San Pedro, en Santa Ana y en todos los demás centros adonde iba a menudo a predicar, confesar y dar clase. El día 27 escribía a Varazze: <(**Es10.246**))
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