((**Es10.237**)
movían ((**It10.253**)) los
nervios de su boca. De momento tuve miedo; miré
debajo de la cama, alumbrándome con el candil,
pero no vi nada. Pensé sacudirle. Apenas abrió los
ojos, exclamó:
>>-íAh! >>Eres tú?
>>Le pregunté:
>>-íSe encuentra mal? íPor qué grita tanto?
>>-íMi razón tenía para gritar! íImagínate!
Estaba el demonio queriendo entrar a toda costa en
el Oratorio; y yo le decía: -Vete de aquí, te lo
mando en nombre de Dios; vete de aquí, bestia
infernal, no tienes nada que hacer aquí dentro..:
>>Este sueño le fatigó tanto que, después de
haber dicho estas pocas palabras, quedó sumido en
un profundo sopor, con respiración tan afanosa y
fatigada que me causó lástima, y me quedé en pie
junto a su lecho, hasta que, poquito a poco, se
calmó>>.
En Varazze se esperaba con ansias la nueva
visita, que había prometido el doctor Fissore.
Llegó el día 20, miércoles, junto con la condesa
Corsi, que iba acompañada de su hija. <>, y <>La visita de los buenos turineses le ha
aliviado mucho y va camino de reponerse. Esto
parece haberse convertido en la capital
provisional de nuestro pequeño estado. Donde está
el rey, está la capital, y espero que el lunes
(día de Navidad) o el martes, tendremos también
aquí a uno de los primeros ministros o a su
presidente...>>.
Así escribía don Juan Francesia a don Miguel
Rúa, y terminaba con estas palabras: <>.
También la condesa Corsi telegrafiaba a don
Miguel Rúa: <>. Y Enría escribía a
Buzzetti:
<((**It10.254**)) han
disminuido los grandes sudores. Siente una gran
picazón por todo el cuerpo, que no le permite
estar quieto; pero los médicos están de acuerdo y
afirman que esto es una buena señal. El doctor
Fissore ha dicho que por Navidad se le
(**Es10.237**))
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