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y sus muchas molestias>> seguía adelante <>1.
((**It10.252**)) 4.
Interés universal
Toda esta generosidad no era más que el fruto
de la insuperable bondad del Santo. Durante la
misma enfermedad no pensaba más que en sus hijos.
El día 19, a la una de la mañana, escribía Enría a
don José Lazzero:
<>De todas partes llegan cartas de arzobispos,
obispos, prelados y párrocos, manifestándole su
profundo dolor, enviándole la bendición y
asegurándole que piden al Señor le conserve su
vida, tan preciosa para el bien de la Iglesia y de
las almas, particularmente las de la juventud.
>>Don Bosco ha sabido que en el Oratorio se ha
rezado y se sigue rezando y que se han hecho
muchas comuniones por él: está emocionado con
ello. Dice que, si empieza a encontrarse un poco
mejor, lo debe a las oraciones que por él se
hacen.
>>Don Bosco está siempre en el Oratorio con el
corazón, con el espíritu, y hasta en sueños. El
otro día soñó que arrojaba al demonio de la puerta
del Oratorio, y, mientras exigía al feo bicho que
respondiera qué hacía en aquel instante, se
despertó y me contó a mí el sueno.
>>Son ya casi las cuatro de la mañana y nuestro
querido padre está algo agitado, y no logra
conciliar el sueño. En este momento, sin embargo,
empieza a adormecerse; y, por alguna palabra
entrecortada, deduzco que alude a los grandes
proyectos de su Congregación y al porvenir de la
misma...>>.
Su incansable asistente atestiguaba también en
el Proceso Informativo: <>->>Qué haces? >>Quién te ha dado permiso...
para entrar en el Oratorio?
>>Seguí observándole, mientras él continuaba
gritando palabras similares. Veíase que todas sus
facultades estaban en acción, y se
1 Véase el Boletín Salesiano italiano, de
noviembre de 1879.
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