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((**Es10.233**) <((**It10.249**)) noticias cada dos días y, si fuere menester, aún más a menudo>>. El interés por conocer la marcha de la enfermedad crecía en todas partes. Hasta monseñor Angel Vitelleschi, Secretario de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, telegrafiaba el día 18 desde Roma a don Miguel Rúa <>. Entretanto, la comunicación hecha a las casas con el telegrama de la <> había despertado porfías de amor y de fe. Don Juan Bonetti, director del colegio de Borgo San Martino, escribía el día 18: <>. Recordarás que te consulté sobre este particular, y tú, al contestarme, dejabas traslucir un gran temor y aprobaste la propuesta de establecer entre los muchachos unos grupos que comulgaran y rezaran diariamente por su salud. Don Bosco mismo, que se enteró de nuestro temor, escribió a mediados de enero del corriente año: -No nos hagamos ilusiones. Dios nos quiere en un mundo mejor que éste. Corresponde a los hijos mostrarse dignos, más aún, mejores que el padre. >>-Ya ves que él nos anunció su partida, hace ahora un año. Mi querido Rúa, tú estás afligido y yo no encuentro palabras para consolarte, íah, que nos consuele el Niño Jesús, que nos consuele nuestra buena madre María, nuestra esperanza, en tan grave angustia! Envíame, pues, un confesor>>. 1 No poseemos el original, ni tampoco copia de esta carta. (**Es10.233**))
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