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don Juan Bautista Francesia 1, de que se trataba
de un caso bastante grave; <>-Mi buen señor, >>no le gustaría una sangría?
Apenas si ya se practica, y estoy de acuerdo: en
su caso...
>>-Estoy en sus manos, dijo sonriendo don
Bosco; haga conmigo lo que crea oportuno.
>>Sin embargo, no se atrevía a decidirse...
íTan grave le parecía aquel recurso...!
>>A eso de la media noche se decidió a hacerle
la sangría. El buen paciente experimentó enseguida
algún alivio; parecía que disminuía la opresión
del corazón. A pesar de ello, el doctor, que veía
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gravedad del mal, no se movía de allí y seguía al
minuto el proceso de la enfermedad. Dos horas más
tarde creyó conveniente hacerle otra sangría, y
don Bosco le dijo:
>>-Gracias doctor, ya está bien.
>>Hacia las cuatro se fue el doctor a descansar
y volvió muy pronto, al rayar el alba>>.
Aquel mismo día esperaban a don Bosco en Turín.
En su lugar llegó al Oratorio un telegrama que
anunciaba la enfermedad: <<7-12-1871 -Rúa,
Oratorio Francisco Sales, Turín.-Papá suspende
regreso; reúma agravado; hecha sangría; nada
alarmante-Bosso>> 2.
En seguida corrió la noticia por la ciudad, con
dolor para cuantos le conocían. El Ayuntamiento,
en la sesión del 27 de noviembre, había
determinado celebrar públicamente la inauguración
del colegio con un banquete que, al parecer,
debería haberse dado durante la visita de don
Bosco, pero que naturalmente no se dio, ante el
doloroso contratiempo.
Al día siguiente se agravó el mal. Fueron a
visitarle el Alcalde y el Párroco de San Ambrosio;
y él les pidió que rezasen por él, para que
pudiera salvar su alma.
Sufría mucho y todos se daban cuenta de ello al
verle, pero él no se quejaba con nadie. A quienes
le decían:
-íCuánto debe sufrir usted!
1 Véase el Boletín Salesiano italiano, de
septiembre de 1899, pág. 244.
2 No nos consta quién fue el firmante; pero en
el original del telegrama, que se conserva, se lee
precisamente Bosso.
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