((**Es10.21**)((**It10.10**)) Declaró
don Miguel Rúa en el Proceso Apostólico:
<>Su proceder con los penitentes iba encaminado
a ganar su completa confianza, de la que se servía
para animarles a recibir frecuentemente los
sacramentos y conseguir por este camino su
enmienda y el progreso de la virtud...
>>Su sistema era la dulzura, mas sin dejar de
revelar, ante la mente de los pecadores, la
fealdad de sus pecados.
>>Sabía distinguir muy bien a los que acudían a
él con segundas intenciones y les aconsejaba de
buenas maneras que fueran a confesarse con otros,
renunciando a oírlos; lo cual se echaba de ver
porque se levantaban inmediatamente del
reclinatorio>>.
-Antes que confesar y comulgar sacrílegamente,
cambiad cada vez de confesor, solía repetir.
Nosotros mismos le oímos decir, ya en el año
1887, a los aspirantes de la Pía Sociedad, que
hacían ejercicios espirituales en Valsálice:
-Don Bosco es viejo y normalmente ya no puede
confesar. En su lugar confiesa don Miguel Rúa y él
lo hace como don Bosco: íid, pues, con don Miguel
Rúa! Pero, si a alguno no le gusta, busque otro
confesor. Por ejemplo, puede hacer así... Vosotros
sabéis que Sandro (era un viejo fámulo encargado
de la portería) todas las noches cierra la puerta
con llave, pero la deja puesta... Levantaos hacia
media noche, bajad a la portería, abrid despacito
la puerta, e idos al Monte de los Capuchinos,
donde, a esa hora, rezan Maitines. Llamad a la
puerta del convento, llamad fuerte, dos o tres
veces si hiciera falta; y cuando os abran, decid
que queréis confesaros... Tornad luego a casa,
entrad, cerrad la puerta y ívolved a la cama...!
Y sonreía con fascinadora amabilidad.
Pero, como es natural, daba suma importancia a
que se tuviera un confesor fijo.
Encontrándose en Roma, en conversación con el
cardenal Patrizi, de pronto exclamó éste:
((**It10.11**)) -Hace
mucho tiempo que doy vueltas a un pensamiento, que
me tiene angustiado. Quisiera exponéroslo para que
me dierais una respuesta, si os parece
conveniente. Pero antes es mejor que pidamos al
Señor que nos ilumine.
Y él dijo:(**Es10.21**))
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