((**Es10.187**)
B) Además, es tan cierto que el caballero
Oreglia asumió el encargo de comprar una
tipografía, no en nombre propio, sino en el del
Obispo que se lo encargaba, o sea, sólo en calidad
de mediador, y no de comerciante, que exigió,
antes de cerrar el contrato, exigió digo, se le
comunicara claramente la cantidad a gastar...
Ahora bien, la petición del caballero Oreglia y la
respuesta del Obispo de una palabra clara prueban
que el Caballero actuaba por cuenta del Obispo...
como mandatario y mediador, encargado por el
Obispo. Por consiguiente, si el Caballero no era
propietario de la Tipografía, si la adquirió como
mandatario, en conciencia solamente puede exigir
al Obispo la cantidad que ha empleado y nada más.
Y no puede aprovecharse, para pretender un precio
mayor, diciendo, que, después de la adquisición,
otros le hicieron un ofrecimiento superior a las
ocho mil quinientas liras. En efecto, >>cuál fue
el motivo del contrato? >>No es cierto que lo fue
la palabra ((**It10.197**)) dada
por el Obispo al Caballero de que atendería el
contrato que hiciese, en cualquier condición y
precio, hasta la cantidad de quince mil liras: Por
tanto, lo mismo que el Obispo se obligaba a
aguantar todo perjuicio, si la Tipografía no
hubiese tenido el valor del precio pactado,
igualmente corresponde al Obispo cualquier
ventaja, si su valor es mayor.
8.° Así las cosas, y puestas las conclusiones
anteriores, que parecen totalmente naturales y que
son favorables al Obispo, no quedaría ya nada más
que discutir; pero, como el benemérito e insigne
director del Oratorio, el muy reverendo don Bosco,
a quien el Obispo habló ya del asunto, parece no
estar de acuerdo con este modo de pensar, y, por
otra parte, ni uno ni otro quieren ofender en lo
más mínimo la justicia y la caridad, y a fin de
llegar más fácilmente a una amigable transacción,
propone el Obispo:
-Que se envíe al caballero Oreglia la presente
exposición para que añada sus observaciones y
razones, obtenidas las cuales, o bien condesciende
el Oratorio a restituir las seis mil quinientas
liras, y el Obispo -ajustadas y concluidas todas
las cuentas existentes entre él y el Oratorio-
ofrece y promete a este último la donación de mil
quinientas liras, como gratificación por el
trabajo realizado por el caballero Oreglia en la
compra de la Tipografía, o bien encuentra
dificultades para la restitución reclamada. En tal
caso elíjanse dos o tres jueces, sean teólogos o
canonistas, con la promesa recíproca de atenerse a
su juicio. De este modo podrán quedar tranquilos
por haber seguido el consejo de san Agustín: Lites
aut nullas habeatis, aut quam celerrime finiatis
(no tengáis pleitos, o terminadlos muy deprisa).
Recibió don Bosco la exposición y la leyó. A
pesar del temor del señor Obispo, no sólo le
pareció conveniente sino obligatorio comunicársela
al caballero Oreglia. Este, que había sido
trasladado de Roma a Brixen 1, hacía las
siguientes, claras y explícitas declaraciones, el
30 de noviembre, después de disculparse por el
prolongado retraso:
1 Brixen (o Bressanone), es una ciudad del
Tirol en Austria, sede episcopal, sufragánea de la
de Salzburgo. Célebre por la benignidad de su
clima (temperatura anual de 12°) es un lugar
residencial de verano y otoño. (N. del T.).
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