((**Es10.176**)
Se encontró por la calle con el padre José
Capecci, agustino, párroco de Nuestra Señora de la
Consolación, en el barrio de San Vicente. Hablóle
don Bosco de la obra que iba a inaugurar en
Marassi, y se la recomendó encarecidamente, dado
que su parroquia, junto a Porta Pila, estaba cerca
del Bisagno. El buen religioso le presentó la
conveniencia, por no decir la necesidad, de abrir
un colegio, o al menos un Oratorio festivo,
también en Alessandria, adonde él iba a menudo y
donde se encontraba con una multitud de chiquillos
por las calles; y sólo había algunos Institutos
religiosos femeninos que cuidaban de la educación
religiosa de las chicas. Diole don Bosco
esperanzas de que, con el tiempo, también se haría
aquello y ícuál no fue la sorpresa y la alegría
del celoso religioso, cuando, nombrado obispo de
Alessandria, vio inaugurarse aquel mismo año el
Oratorio Salesiano, y dos años después, el 30 de
abril de 1899, al celebrar la inauguración del
colegio anejo, contempló unos cuatrocientos
muchachos acercarse a la mesa ((**It10.185**))
eucarística! íEl mismo recordaba conmovido el
encuentro con don Bosco veintiocho años antes!...
También trató el Santo de hablar con el marqués
Ignacio Pallavicini; mas, por hallarse ausente, le
anunció por escrito la próxima fundación de
Marassi, recomendándola encarecidamente a su
generosidad. El noble patricio le contestó:
Génova, 9 septiembre, 1871
Muy Rvdo. y respetabilísimo Padre:
(Personal y reservada).
Todavía debo contestación a la atentísima carta
que V. S. M. R. tuvo la delicadeza de dirigirme
para comunicarme su propósito de fundar en esta
Ciudad una de sus casas; pídole ante todo
bondadoso perdón por haber tardado tanto en
cumplir esta mi deuda.
En segundo lugar debo agradecerle el recuerdo
que de mí guarda y la bonita estampa de san José,
con la que me obsequió, y cuyo valor es precioso
por contener el escrito de su propia mano y la
firma del Padre Santo.
Me honra usted al pedirme mi parecer sobre la
proyectada fundación. >>Qué puedo yo decirle?
>>Discutir su utilidad? Sería lo mismo que
discutir, a pleno mediodía, si brilla el sol en un
día sereno. Así las cosas, >>qué más queda?
Encontrar los medios. Esto sería para mí algo
difícil en nuestros tiempos, pero le resulta fácil
a usted;
y prueba de ello son las muchas casas e iglesias
fundadas y llevadas a término. Por lo que a mí
toca, le ofrezco mil liras fijas al año, con las
que puede contar, mientras exista la casa.
Mi salud no es muy buena, por lo que me
encomiendo a sus oraciones y a las de los suyos
para mi alma y para mi cuerpo y para los finados.
(**Es10.176**))
<Anterior: 10. 175><Siguiente: 10. 177>